Los Bassaris de Senegal hablan sobre el cambio climático y cómo su conocimiento local es clave para las estrategias de adaptación

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El pueblo Bassari, una comunidad agrícola de unas 20.000 personas, vive en una región entre Senegal y Guinea. Bajo el dominio colonial francés, los bassari perdieron parte de sus tierras a causa de un parque nacional y fueron sometidos a impuestos de capitación y trabajos forzados. Senegal obtuvo su independencia en 1960 y en 2012 el país bassari fue declarado Patrimonio de la Humanidad, un cambio que impulsó el turismo a pequeña escala.

Hoy en día, los bassaris viven principalmente de la agricultura en pequeña escala de secano, complementada con actividades como el pequeño comercio, la artesanía, el trabajo asalariado, la extracción artesanal de oro y la recolección de miel y plantas silvestres comestibles. Tienen acceso limitado a la salud pública y la educación, y obtienen agua de pozos. La electricidad está reservada para las pocas personas equipadas con paneles solares. Sin embargo, la población bassari está creciendo, integrándose a la economía de mercado y adoptando nuevas culturas y tecnologías.

Los Bassari viven en una región afectada por el cambio climático. Como parte del proyecto de investigación de Indicadores Locales de Impacto del Cambio Climático, queríamos comprender cómo la comunidad percibía el cambio climático y sus impactos. Entrevistamos a personas y mantuvimos discusiones de grupos focales en tres aldeas de Bassaris y descubrimos que el aumento de las temperaturas, los períodos de sequía y la reducción de la temporada de lluvias eran los cambios más reportados. Muchas personas también informaron sobre la degradación de los bosques, la pérdida de plantas y animales y la erosión del suelo.

Huerto comunitario en un pueblo bassari.
Anna Porcuna Ferrer

Los científicos suelen ver el cambio climático como un problema biofísico causado por la quema de combustibles fósiles (quema de carbón, petróleo, gas y otros combustibles fósiles para producir energía). Descubrimos que los Bassari, como muchas otras comunidades dependientes de la naturaleza, entienden el cambio climático de manera diferente: como parte de una red de cambios climáticos, ambientales, culturales, políticos y socioeconómicos superpuestos.

Nuestros hallazgos respaldan el argumento de que los conocimientos y perspectivas indígenas y locales deben incluirse en la investigación y las políticas sobre el cambio climático. Al priorizar las voces occidentales y técnicas, comunidades como los bassari son ignoradas en el diseño de planes de adaptación al cambio climático. Reconocer sus conocimientos y perspectivas cambia las prioridades de investigación y políticas, lo que conduce a estrategias de mitigación del cambio climático más relevantes a nivel local.

El cambio climático es parte de un conjunto de cambios

En nuestras conversaciones con los Bassari quedó claro que ellos no ven el cambio climático como un fenómeno aislado. Para ellos, el calentamiento global y sus efectos están indisolublemente ligados a otros cambios ambientales, políticos, socioeconómicos y espirituales que están transformando su forma de vida.

Los árboles de baobab son menos abundantes que en el pasado.
Cortesía de Benjamín Klappoth

Por ejemplo, la mayoría de las personas que entrevistamos coincidieron en que las plantas silvestres comestibles como el baobab, la weda o el madd (saba senegalensis), el karité y la algarroba africana, que siempre se han consumido y vendido, ya no crecen tan bien como antes.

Para explicar la disminución de la abundancia y productividad de las especies de plantas silvestres comestibles, los Bassari utilizan elementos de su conocimiento local del medio ambiente y su visión del universo, que enfatiza que todo está vinculado en el universo. Un anciano nos dijo:

“Los árboles ya no producen como antes porque ahora la gente cosecha para vender, no para comer. Por eso los árboles dejaron de producir”. Esto significa que la disminución de la productividad no sólo se debe al cambio climático sino que también se considera un castigo a la recolección comercial, una forma más intensiva de explotación de recursos.

También se invoca el abandono de prácticas ancestrales para explicar la disminución de la productividad y disponibilidad de plantas silvestres comestibles: “Teníamos ceremonias y muchas prácticas culturales para que los árboles dieran muchas flores. Hoy ya nadie los practica y, por lo tanto, los árboles producen menos frutos”, dijo otro participante.

El cambio climático también afecta a los Bassari a través del impacto directo de fenómenos meteorológicos extremos como las sequías. Aunque conscientes del impacto del cambio climático en su agricultura, las comunidades locales están sujetas a presiones socioeconómicas. En ocasiones han adoptado prácticas que han aumentado su vulnerabilidad a largo plazo al cambio climático.

El cultivo de algodón está reemplazando a los cultivos autóctonos.
Cortesía de Benjamín Klappoth

Por ejemplo, los agricultores bassari tradicionalmente cultivaban, seleccionaban y almacenaban decenas de productos locales. Estos eran consumidos y utilizados como medicinas, en ceremonias, como alimento para los animales o para restaurar la fertilidad del suelo. Los cultivos tradicionales desempeñaban un papel clave en la dieta local, eran nutritivos y estaban bien adaptados a suelos pobres y lluvias irregulares.

Sin embargo, en las últimas décadas y bajo el impulso de las políticas coloniales y poscoloniales y los proyectos de desarrollo agrícola en la región, la comunidad Bassari ha comenzado a cultivar productos con mayor valor de mercado y mayor rendimiento. Estos cultivos requieren menos trabajo pero requieren más agua. Este cambio ha provocado la disminución de cultivos diversos, autóctonos y tolerantes a la sequía. Al adaptarse a los cambios socioeconómicos mediante el cultivo de cultivos comerciales, los bassari corren el riesgo de perder resiliencia climática.

Lecciones aprendidas

El conocimiento local puede contribuir a una mejor comprensión de los numerosos impactos del cambio climático en los entornos locales y los medios de vida rurales. Las experiencias de las poblaciones rurales son una fuente de conocimiento para identificar estos impactos específicos.

Nuestra investigación ha demostrado que el cambio climático debe verse desde la perspectiva de la población local. Los impactos del cambio climático no pueden separarse del contexto ecológico, social, político, histórico y cultural en el que ocurren. El cambio climático interactúa con múltiples factores estresantes que a menudo hacen que las personas sean más vulnerables. Para desarrollar estrategias efectivas de adaptación al cambio climático, los gobiernos y los formuladores de políticas deben comprender la diversidad de las experiencias de las personas.

Los bassari deben adaptarse no sólo al cambio climático, sino al cambio en general. Es por eso que las políticas de adaptación al cambio climático deben diseñarse de acuerdo con las necesidades y deseos de las comunidades locales. Si este no es el caso, no serán culturalmente apropiados ni localmente viables. Sólo fomentando el diálogo entre diferentes formas de conocer y teniendo en cuenta cómo se experimenta de manera diferente el cambio climático en la realidad, los responsables de las políticas podrán responder a las necesidades reales de las comunidades locales.

Los autores de este artículo son: Santiago Alvarez-Fernandez, Ndèye Fatou Faye, Théo Guillerminet, Benjamin Klappoth, Vanesse Labeyrie y Eva Porcuna-Ferrer.

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