Mickaël Toudic es artesano y más precisamente fabricante de zuecos. Es el último en ejercer en Finistère.
Es una tradición que se está perdiendo en Finistère. En el corazón del departamento sólo queda un fabricante de zuecos. France 3 Bretagne fue a encontrarse en Saint-Pol-de-Léon con Mickaël Toudic, el artesano por excelencia que todavía practica este oficio como ningún otro en la región.
Para ello, cada unidad requiere trabajar una pieza de madera de cuatro kilos con dos máquinas especialmente antiguas.
“Se trata de máquinas que datan de 1920. (…) También hay que prestar atención a la lubricación y al afilado, y eso es todo lo que garantizará la longevidad de la máquina”, explica Mickaël Toudic en France 3 Bretagne.
Cada una de estas dos máquinas desempeña su función. El primero es un pantógrafo. Sus teclas móviles le permiten esculpir la forma tan particular del zueco. Luego, llega el momento de la excavadora que, como su nombre indica, te permitirá excavar el interior del casco.
Seis meses de espera
Una vez “cortada” la pezuña hay que tratarla de forma natural para no sufrir los estragos del tiempo y sobre todo para no permitir el ataque de lombrices u hongos. Para ello, Mickaël Toudic utiliza la técnica conocida como ahumado, similar a cocinar pescado. Luego un largo período de secado de seis meses. Un paso imprescindible para que las pezuñas queden completamente secas.
Ya sólo queda barnizar y decorar los zuecos. Y los clientes están ahí. Cada vez son más los que los compran y Mickaël Toudic asegura que también son “cada vez más jóvenes”.
“Probarlos es adoptarlos”, afirma el fabricante de zuecos.
Mickaël Toudic y profesionales como él son particularmente raros. En Francia sólo quedan una decena. Para perpetuar este oficio, el fabricante de zuecos espera poder transmitir su pasión por la carpintería a los jóvenes.
Pierre Fougères (6Medias)
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