En un contexto económico marcado por una inflación galopante, el Banco de Alimentos de Finistère lanza un llamamiento a la solidaridad con motivo de su gran colecta anual, que tendrá lugar los días 22, 23 y 24 de noviembre de 2024. El objetivo: responder a las constantes necesidades crecientes y compensar la caída del poder adquisitivo.
Si bien los productos básicos como la pasta, el arroz o la harina siguen siendo esenciales, este año la atención se centra en otras necesidades que a menudo se descuidan. “Los productos de higiene, especialmente los productos íntimos, el material escolar para estudiantes y los artículos para bebés tienen una gran demanda”, explica Philippe Vigier, director de comunicación.
El año pasado, gracias a la generosidad de la gente y a la ayuda de las colectas, se distribuyeron más de 200 toneladas de alimentos a más de 12.000 personas en Brest.
Pero los desafíos siguen siendo numerosos. “Hoy, con la inflación, lo que podíamos comprar hace apenas unos años cuesta mucho más. Por tanto, las recaudaciones son cruciales para mantener nuestras acciones”, confía Pierre Buzaré, presidente del Banco de Alimentos de Finistère.
“Nadie se queda solo”
Para la edición 2024 de su gran colección, el Banco de Alimentos debe afrontar una escasez de voluntarios: un problema creciente en los últimos años. El envejecimiento de los voluntarios y la falta de compromiso de los más jóvenes complican la organización. Por ejemplo, en Plougastel y Plouzané, algunas plazas aún no están cubiertas y, por el momento, sólo hay una persona presente para el gran Carrefour. Sin embargo, cualquier ayuda es bienvenida, “aunque sean dos o tres horas. Los voluntarios están capacitados y serán responsables de supervisar a los voluntarios para las colectas. Nadie se queda solo”, explica Philippe Vigier.
La solidaridad sigue ahí
Cada producto recogido se clasifica con precisión y se redistribuye equitativamente entre los 140 socios asociativos del departamento. “Utilizamos software para que todo sea justo entre nuestros socios”, explica Pierre Buzaré. Pero algunos productos, como los para bebés con fechas de caducidad cortas, lo dificultan. “A veces tenemos que tirarlo, incluso cuando todavía es comestible”.
A pesar de todo, la solidaridad sigue ahí: “La gente sigue dando, aunque muchas veces sean productos de bajo coste. ¡Y eso es muy bueno! Cada producto cuenta”. Las donaciones, además de cubrir las necesidades inmediatas, permiten reducir las compras que la asociación debe realizar para compensar la reducción de existencias, especialmente a finales de verano.
Una edición prevista para primavera
Si esta colección tiene éxito, se podría considerar una edición de primavera, como se hace en otros lugares. Mientras tanto, el equipo del Banco de Alimentos sigue movilizado y espera que los habitantes de Finisterre respondan. “Cada gesto cuenta. Dar un poco de tu tiempo o un producto puede cambiar las cosas”, concluyen los dos hombres.
Práctico
Permanencia de dos a tres horas en las tiendas de Brest, Plouzané o Plougastel-Daoulas, del 22 al 24 de noviembre. La inscripción es posible en jeveuxaider.gouv.fr o por correo electrónico a [email protected]
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