Se trata de un caso insólito que el tribunal penal de Puy-en-Velay examinó ayer por la tarde en el marco de una comparecencia inmediata.
Un hombre de 33 años, encarcelado en Puy-en-Velay por una serie de robos agravados (11 anotaciones en sus antecedentes penales), se benefició, el 31 de octubre, de un permiso excepcional para salir de prisión por un día para asistir al funeral de su madre en Puy-de-Dôme. Sólo que después de unos minutos en la funeraria, le pidió a su hermano que lo llevara a la estación. Quería a toda costa reunirse con su pareja, que estaba embarazada de varios meses. Prometió regresar para la ceremonia prevista para la tarde.
Lo cual no hizo. Y tampoco regresó al centro de prisión preventiva de Puy a las 18.30 horas, como estaba previsto. Entonces se le consideró un “fugitivo”. La policía tardó varios días en encontrarlo. Después de una semana de fuga, finalmente lo localizaron en Brioude. Fue detenido el 8 de noviembre a las 9 de la mañana en estado de ebriedad (1,24 gramos de alcohol por litro de sangre) y en presencia de su pareja embarazada.
Ayer esperaba su audiencia en Puy-en-Velay en prisión preventiva. “No sé cómo describir lo que hiciste. Este motivo de permiso es legítimo. Es evidente que no vamos a privar a un hijo de enterrar a su madre”, reconoce la presidenta del tribunal, Nelly Pradeau, estupefacta por esta historia. “Es una incomprensión total. La autoridad judicial confió en usted. ¿Cómo puedes inclinarte sobre el ataúd de tu madre e irte? Traicionaste a tus seres queridos”, protesta nuevamente el presidente.
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