Mercosur está en el centro de los debates sobre el lugar de la agricultura europea en el mercado. Como la UE planea eliminar los derechos de aduana para los países miembros de esta unión, te explicamos de qué se trata en cinco minutos.
Mientras se organizan nuevas movilizaciones de agricultores, el Mercosur está recibiendo mucha atención. Y sobre todo su acuerdo de libre comercio con Europa, en negociaciones desde hace varios años, que bien podría impactar en determinados sectores.
Mercado Común del Sur
El Mercato común del Sur es una alianza económica de países sudamericanos creada en 1991.
Sus principales miembros son Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, nótese El mundo diplomático. Venezuela formó parte de él hasta 2017. Además, siete países tienen la condición de miembro asociado: Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Guyana y Surinam.
82% del PIB sudamericano
Los países del Mercosur coordinan sus políticas industriales, económicas y agrícolas. Entre ellos, los derechos de aduana disminuyen y también las fronteras. Es el equivalente del espacio europeo Schengen, de su gemelo asiático, la ASEAN, o incluso del americano Alena.
Y estos mecanismos de libre comercio en América del Sur tienen un impacto. Este mercado de 300 millones de personas representa el 82% del PIB del continente, informa Información de Francia. Mercosur es el cuarto bloque económico del mundo, detrás de la ASEAN, el TLCAN y finalmente la alianza europea. El primer país en el Mercado Común del Sur es Brasil, apodado el “gigante agrícola”.
El proyecto europeo
En junio de 2019, la Unión Europea y Mercosur firmaron un acuerdo de asociación comercial y política para facilitar el libre comercio. Sólo desde entonces, tenga en cuenta Vida públicael texto no ha sido ratificado y las negociaciones están estancadas.
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Sin embargo, la UE lo necesita más que nunca: su objetivo es diversificar su comercio y depender menos de China. Además, en un contexto de guerra en Ucrania, la independencia económica es un sueño para muchos.
El objetivo de ambas partes es fomentar e incrementar las relaciones comerciales, por un lado, y promover la cooperación y el diálogo político, por otro. La base política del acuerdo no planteó ningún problema, a diferencia de las cuestiones comerciales.
La alianza representaría 800 millones de personas. Prevé que las empresas europeas podrán exportar más al Mercosur. Y que a cambio, sus países puedan exportar más alimentos y productos agrícolas a la Unión Europea. Y ahí es donde se atasca.
El descontento de los agricultores
El acuerdo es ampliamente criticado. Ya en 2019, Francia, los Países Bajos, Austria, Alemania e incluso Irlanda dieron la alarma. Más allá de las consecuencias para los agricultores europeos, estos países temían que impacto ecológico y sanitario del proyecto es más fuerte que sus beneficios económicos.
“Carne versus coche”
Si los criadores sufrieran las consecuencias de este acuerdo de libre comercio, otros sectores se beneficiarían. Éste es, por ejemplo, el caso de la química, la farmacia o la industria del automóvil. Motivo por el que estas tensiones cristalizan en torno a un nuevo lema: “Carne versus coche”. La desgracia de una persona hace la felicidad de otras.
Del lado de los agricultores, hay mucho en juego. Temen no poder competir con la ganadería brasileña, un gigante en esta área que depende de una producción hiperindustrializada.
Además, señalan los ganaderos franceses, los fertilizantes utilizados para la alimentación animal y los medicamentos administrados al ganado no cumplen las mismas normas que los de la UE, lo que constituye otra preocupación más. Por no hablar de los métodos criticados de algunos productores sudamericanos, en particular Incendios provocados en la selva amazónica. para limpiar tierras cultivables.