Desde abril de 2024, los fumadores que pasan por Saint-Gratien (Val-d’Oise) están invitados a arrojar sus colillas en los ceniceros de sensibilización instalados por la empresa Tchaomégot, informa La Gaceta del Valle del Oise .
En total se instalaron en la localidad trece ceniceros de 12 litros y dos ceniceros de pared de 2 litros. El dispositivo ha permitido recoger 70.200 colillas desde su instalación, es decir, casi 20 kg en sólo cinco semanas. “Un verdadero éxito para el medio ambiente”dio la bienvenida al ayuntamiento de Saint-Gratien en su página de Facebook.
Una transformación ecológica
Esta iniciativa ayuda a evitar que estas colillas acaben en ríos y océanos. Como señala en su sitio el Ministerio de Ecología, además de su impacto visual, estos residuos constituyen una importante fuente de contaminación ambiental: el filtro, fabricado en plástico (acetato de celulosa), puede tardar más de diez años en degradarse y contiene varios mil sustancias químicas (ácido cianhídrico, naftaleno, nicotina, amoníaco, cadmio, arsénico, mercurio, plomo), algunas de las cuales son tóxicas para los ecosistemas.
La empresa, de Oise, está especializada en el reprocesamiento de estos residuos mediante un proceso innovador, sin agua ni productos tóxicos. Como explica en su sitio, comienza extrayendo materiales orgánicos, como tabaco y papel, que luego se vuelven compostables. Luego, para descontaminar la fibra filtrante y concentrar las sustancias tóxicas presentes, utiliza este disolvente neutro que limpia la fibra y la elimina de olores. La fibra purificada se reutiliza luego como aislamiento para edificios o para acolchado de chaquetas.
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