El martes 12 de noviembre, la ciudad de París presentó un plan que comprende 400 medidas. Entre ellos está el deseo de transformar la capital en una verdadera “ciudad jardín”.
Ante la perspectiva de picos de temperatura de 50 grados a partir de 2050, la ciudad de París presentó el martes 12 de noviembre la versión final de su cuarto “plan climático” (2024-2030), que incluye unas 400 medidas destinadas a preservar la habitabilidad del capital.
Este plan es uno de los cuatro planes estratégicos que se votarán en el próximo Consejo de París, del 19 al 22 de noviembre, junto con el plan local de ordenamiento urbano bioclimático, la estrategia de resiliencia y el plan de salud ambiental.
Tras una consulta ciudadana iniciada en septiembre de 2022, un anteproyecto de plan climático fue objeto de una primera votación en diciembre de 2023 antes de ser sometido a consulta a las autoridades públicas.
“Queremos actuar más rápido, más fuerte, acelerar (…) y proponer un nuevo modelo de desarrollo urbano para garantizar la posibilidad de vivir en París”, explicó a la prensa Dan Lert, ambientalista adjunto responsable de la Transición ecológica. , en las instalaciones de la nueva mediateca James Baldwin (distrito 19), un edificio presentado como emblemático de la rehabilitación baja en carbono.
Una “ciudad jardín”
Este plan climático, que prevé alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, siguiendo el precedente adoptado en 2018, persigue cinco grandes objetivos: la “protección de los parisinos” con 300 nuevas hectáreas de espacios verdes, la plantación de 170.000 árboles, la presencia de un isla de frescura a menos de siete minutos a pie de cada habitante o la desimpermeabilización del 40% del territorio para 2050.
“Tenemos la ambición de pasar de una ‘ciudad con jardines’ a una verdadera ‘ciudad jardín’ (…). Las plantas deben regar no sólo las calles, las plazas, sino también los tejados, las paredes, los edificios”, precisó Christophe Najdovski, ecologista asistente encargado de la revegetación.
El plan también prevé intensificar la transformación de los edificios, con el objetivo de renovar 5.000 viviendas sociales al año, para “reducir drásticamente los gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica”, transformando en particular 60.000 plazas de aparcamiento para peatones y ecologizando, así como la Creación de 400 “calles escolares” cerradas al tráfico.
El ejecutivo parisino también prevé dejar de utilizar combustibles fósiles para calentar las instalaciones públicas de aquí a 2040, reducir las extracciones de agua en un 15% y desarrollar 6.000 instalaciones de producción de energías renovables en el parque inmobiliario municipal.
El último eje prevé apoyar a la economía local hacia una mayor resiliencia, con la salida de los plásticos de un solo uso o el deseo de establecer un impuesto al comercio electrónico, generador de “congestión urbana” y “producción de residuos”, que podría traer en 180 millones de euros al año para el Ayuntamiento.