Cocinar en el cine es algo serio. Desde los platos que pide una mordaz réplica del personaje interpretado por Jean Reno en “Les Visiteurs” hasta los que se preparan en las películas y series dedicadas al backstage de los restaurantes, todos los gustos se encuentran en la pantalla. Y, aun cuando no sean disfrutados por los actores, pueden servir como decorados tan importantes como el mobiliario que los rodea. Marie Chemorin lo sabe mejor que nadie: radicada en Bernay (Eure), trabaja como escenógrafa culinaria. Destaca así los platos que notamos, o no, en los decorados de las principales producciones francesas e internacionales.
Originaria de Lyon, “lo que explica en parte mi relación con la comida”, Marie Chemorin fue arqueóloga, periodista y autora tras estudiar Historia. Tras mudarse a París después de su tesis, sólo “cocinaba por placer. Pero, aunque amaba escribir, no era feliz. Entonces quería hacer mi CAP de cocina en la escuela Ferrandi. Allí, de la noche a la mañana, no fui nada. Fue un año duro y apasionante en el que sabía que nunca abriría un restaurante, pero que la comida para mí sería un medio. Usar la cocina para contar algo más. Entonces comencé mi negocio. »
Fueron las relaciones tras una experiencia en la revista “Positif” las que le abrieron las puertas al mundo de los eventos, los avances, luego el cine y las series para plataformas. A partir de ahora, Marie Chemorin es especialmente reconocida por su experiencia en comidas históricas: “Mi fuerza es mi imaginación. La gente no viene a mí para un pot-au-feu, sino para banquetes o creaciones que propongo a los directores después de mucha investigación. Me conocen por mis especialidades de épocas como el siglo XVI, las gelatinas que a los decoradores les encantan por sus transparencias”, explica. “Siempre tengo un equipo conmigo en el set con chefs para preparar los platos. Algunos deben conocer técnicas antiguas. » También cuenta con ayudantes que vienen de las bellas artes para realizar platos falsos que se desarrollan en su laboratorio de Brionne (Eure).
Después de producciones históricas, ¿una serie futurista?
Las obras del artista culinario son hoy en día tanto más buscadas cuanto que su filmografía es impresionante. Si comenzó en el cortometraje, desde entonces ha trabajado, entre otros, en la serie HPI, en las dos temporadas de “La reina serpiente”, “donde mis lechones volaban en el aire”, en la película Emmanuelle de Audrey Diwan, que “me pidió una comida china gourmet en la que trabajé con un joven chef vietnamita y donde inventé locuras”, sobre la serie franco-canadiense “Versailles”, sobre la película Wes Anderson “The French Dispatch” o incluso en “Vatel” de Roland Joffé, con sus “toneladas de víveres”.
Uno de sus últimos proyectos es el que más ha marcado su carrera hasta el momento: la miniserie sobre Benjamin Franklin con Michael Douglas en el papel protagonista, emitida desde el pasado mes de abril. “Con el director de fotografía Dan Weil, hicimos algunas cosas hermosas como esculturas de azúcar y muchos trozos de langosta. Era tan hermoso que filmaron una escena en la que todos los camareros desfilaban para presentar los platos a los invitados. Trabajamos mucho y durante mucho tiempo para desarrollar muchas técnicas”, explica.
Sin embargo, el ritmo no ha disminuido desde entonces, aunque todavía quedan por realizar dos proyectos que le son muy importantes: “realizar series futuristas” y, quizás pronto, “lanzar La Fabrique, una empresa para crear objetos culinarios decorativos para castillos, fantásticos restaurantes, desfiles o incluso exposiciones que vendería o alquilaría”. Tantas escenografías culinarias para ver en la vida real, más que en las pantallas.