En el barrio de Rosa Parks, las empresas utilizan guardias de seguridad para acompañar a sus empleados al transporte público. El jefe de policía aseguró a BFMTV que la policía estaba “extremadamente presente”.
“Creo que por parte del fiscal de París, por parte del prefecto de policía, estamos haciendo nuestro trabajo, estamos haciendo el trabajo, estamos arrestando a los traficantes de drogas”. En el plató de BFMTV, este domingo 10 de noviembre, Laurent Nuñez se defendió respecto de la situación que vive la colonia Rosa Parks.
En la frontera entre el distrito 19 de París y Seine-Saint-Denis, las empresas están obligadas a contratar agentes de seguridad que escolten a sus empleados hasta las estaciones de transporte. La medida, implementada en 2019, tiene como objetivo tranquilizar a los usuarios de crack en el lugar.
“Estamos sumamente presentes (…) Tengo personal que, todos los días, está presente para asegurar esta ruta entre esta zona de actividad y las estaciones de Rosa Parks”, argumentó.
Las iniciativas empresariales afectan en particular a BNP Paribas o incluso al Ministerio de Justicia y se llevan a cabo en colaboración con la jefatura de policía de París y la comisaría local.
Un problema de consumo
Pero para el jefe de policía de París, no se trata de un problema de tráfico de drogas, sino de consumidores de crack. Explica la presencia de particulares por el desmantelamiento del campo de Forceval hace dos años, afirmando que ahora sólo queda “un bolsillo residual de consumidores, que se encuentran en este lugar”. También asegura que seguirá movilizando el mayor número de personal posible para “garantizar que estos consumidores causen el menor problema posible”.
Laurent Nuñez añade: “El problema son los consumidores. Son personas que tienen problemas de salud, problemas sociales, a menudo problemas psiquiátricos y psicológicos. La policía no puede hacerlo todo”.
En particular, propone como solución una de las propuestas del plan de lucha contra el tráfico de drogas presentado por el Ministro del Interior: obligar a estos consumidores, adictos, a buscar tratamiento. “Sería una especie de hospitalización obligatoria, que existe en la legislación francesa, pero que estaría dirigida a personas que representan, por encontrarse en una situación de escasez, un peligro para sí mismas o para los demás”.