Una vez en el poder, un gobierno liberal adoptaría una Constitución de Quebec y eliminaría de la Carta de la Lengua Francesa las disposiciones establecidas por el gobierno de Legault para fortalecerla.
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Reunidos en un congreso en Lévis este fin de semana, los aproximadamente 950 miembros del Partido Liberal de Quebec (PLQ) adoptaron una resolución en este sentido.
Esta ley marco reafirmaría que “el francés constituye el idioma oficial de Quebec y que es responsabilidad del Estado de Quebec protegerlo y promoverlo”. La Carta de la Lengua Francesa quedaría consagrada allí, pero primero sería modificada, precisa el texto.
Se retirarían varias disposiciones introducidas recientemente por el gobierno Legault como parte de la modernización del proyecto de ley 101. Es el caso del que especifica que los inmigrantes establecidos en Quebec durante más de seis meses deben recibir las comunicaciones del Estado exclusivamente en francés. El PLQ también quiere cancelar la congelación de las inscripciones para los CEGEP de habla inglesa.
Aunque la resolución fue adoptada, el debate dio lugar a fuertes intervenciones de representantes de la comunidad de habla inglesa.
Algunos tomaron el micrófono para expresar su temor de que los quebequenses de habla inglesa ya no sean iguales a los francófonos, al consagrar el francés como lengua común en una ley marco. “Todos somos iguales”, criticó Deepak Awasti, miembro de la asociación liberal de Robert-Baldwin.
No es una prioridad
Otros llegaron a decir que una Constitución quebequense no era la prioridad de los ciudadanos en este momento, cuando hay escasez de profesores y profesionales de la salud.
Éste fue particularmente el caso del diputado Gregory Kelley, quien cree que tal enfoque pertenece no sólo a un partido político, sino a todo un pueblo. Es muy posible que otros partidos políticos “lo utilicen contra nosotros”, insistió el representante electo de Jacques-Cartier.
Incluso el ex primer ministro Philippe Couillard, que visitó el Congreso el sábado, coincidió en que esta ley marco no iba a cambiar la vida de las personas, pero que otras jurisdicciones del mundo, como Massachusetts, sí la tenían.
“Si hoy le preguntas a mil personas en Quebec si está entre sus veinte prioridades principales, estoy dispuesto a apostar que no está allí. ¿Es esto importante para una nación como Quebec, con su cultura y su carácter distintivo? Posiblemente pueda ser útil, pero hay muchos obstáculos”, afirmó.