lLos estadounidenses eligieron presidente a un hombre, Donald Trump, quien afirmó –durante su debate con Kamala Harris el 10 de septiembre– que los inmigrantes haitianos “comer perros y gatos”. ¿Podrían los franceses llevar al poder a uno de sus líderes políticos, Jordan Bardella, que garantice que los inmigrantes lleguen a Francia? “Que le vuelvan a pegar las orejas a expensas de la princesa” ? Si la inmigración constituye un caldo de cultivo para noticias falsas y medias verdades exageradas, es porque este tema se ha convertido en un cajón de sastre emocional con potencial ultraelectoral, soporte de multitud de mensajes destinados principalmente a responder a frustraciones sociales y preocupaciones identitarias. convirtiendo a los extranjeros en chivos expiatorios. No importa si los discursos poco tienen que ver con la realidad de los fenómenos migratorios o la que viven los migrantes.
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La ayuda médica estatal (AME), que permite a determinados extranjeros indocumentados recibir tratamiento gratuito, incluye este tipo de cirugía de orejas. Según France Inter, se realizaron a cinco pacientes en 2023 por motivos médicos y no estéticos, con un coste total de 11.660 euros de un presupuesto total de 1.100 millones de euros. Antes de ser retomada por el presidente de la Agrupación Nacional, la historia de las orejas pegadas de los inmigrantes “a expensas de la princesa” había salido de la Fox News francesa, es decir, de los medios del grupo Bolloré: el locutor Cyril Hanouna y varios columnistas le habían dedicado un tiempo considerable, alimentando las arengas de Jordan Bardella presentando “nuestro modelo social” como un « bombas de succión » para la inmigración.
Aparentemente absurda, esta historia de orejas pegadas nuevamente parece sintomática del giro que ha tomado el debate público sobre la inmigración. Ni las mujeres y los hombres que abandonan sus países en busca de un futuro mejor ni siquiera la realidad de los flujos migratorios globales están en el centro. ¿Quién puede creer que personas que están dispuestas a morir en el mar con sus hijos, a sufrir la violencia de los contrabandistas y de los países de tránsito y a aceptar trabajos que los franceses no quieren, vengan a perfeccionar su estética? ¿Quién puede creer que eligen de manera abrumadora nuestro país porque es uno de los más generosos de Europa en materia de atención médica (lo cual, dicho sea de paso, es cierto)?
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