P. Pallas, los inicios del velocípedo y de la bicicleta en el Gers (1868-1918)
A menudo eclipsada por innovaciones más espectaculares como el tren, el automóvil o los inicios de la aviación, la bicicleta desempeña, sin embargo, un papel fundamental en la evolución de los modos de transporte experimentada en el siglo XIX. Mucho antes de la llegada del automóvil, éste jugó un papel decisivo en la democratización de la movilidad individual al hacer accesible al mayor número de personas posible un medio de transporte mecánico y autónomo.
Desde sus primeros giros al final del Segundo Imperio, la bicicleta captó el interés de los Gersois. Así lo evidencia un nuevo tipo de accidentes en las vías del departamento y el afán de las autoridades locales por regular el uso del “caballito de hierro”. A finales del siglo XIX circulaban en Gers más de 3.000 bicicletas y en Auch había una decena de comerciantes de bicicletas.
El concomitante nacimiento de una práctica deportiva cautivó a un gran número de espectadores. Corremos por todas partes, desde los confines de Armagnac hasta Lomagne y el ciclismo, pronto impulsado por la magia del Tour de Francia que pasa por Gers desde 1906, se convierte en el deporte más popular del departamento, precedente de algunas décadas a la pasión que los Gersois Luego daría al rugby y luego al fútbol.
Pioneros enérgicos y campeones entrañables como Condomois Georges Sérès (1884-1951), futuro campeón del mundo de pista, potenciaron esta aventura mecánica, social y deportiva, sentando las bases de una tradición ciclista fuertemente arraigada en nuestras costumbres desde entonces.
Cap. Armagnac, Paul Armagnac (1924-1962) campeón del automóvil, la trayectoria de un gascón afecto.
Paul Armagnac cumpliría cien años el 18 de noviembre de 2024. En honor a este centenario, Chantal Armagnac recorre el camino de su padre tejiendo una red con los testimonios de sus allegados, las cartas intercambiadas entre Paul y su familia, los artículos de periodistas. Hablamos de su infancia en Izotges, de sus estudios en Tarbes en la Institución Jeanne d’Arc, de su compromiso con el Batallón Armagnac durante la Segunda Guerra, de su trabajo como alguacil en Riscle y luego de su reconversión en la agricultura en Arblade-le-Haut, cerca de Nogaró…. siempre implícita en su pasión por la mecánica que le llevará por todos los circuitos del mundo.
Así encontramos las huellas del hombre cuya sombra aún vaga entre la maleza ribereña del Adour y del Arros, en el rugido de los motores en carrera y en el vuelo de los aviones en Nogaro. Un viaje durante el cual recibió un firme apoyo para lograr una destacada carrera en el deporte del motor. La prueba es que en Gascuña la ayuda mutua y la solidaridad no son palabras vacías.