La decisión de los diputados franceses de rechazar el impuesto a las gaseosas en el presupuesto de 2024 provocó fuertes reacciones en la cámara. Esta medida, inspirada en el modelo británico, tenía como objetivo reformar los impuestos sobre las bebidas azucaradas para luchar contra la obesidad. A pesar del apoyo de varios grupos políticos y del Ministerio de Sanidad, la enmienda no logró convencer a la mayoría de los parlamentarios.
Una enmienda controvertida para luchar contra la obesidad
La enmienda propuesta por el diputado socialista Jérôme Guedj preveía una revisión del sistema impositivo sobre las gaseosas. El objetivo era simplificar la estructura actual pasando de dieciséis a tres tramos impositivos, inspirándose así en la modelo británico. Este enfoque ya ha demostrado su eficacia en todo el Canal de la Mancha, con resultados significativos:
- Caída del 40 % en la proporción de bebidas que superan el umbral de azúcar de 5 g/ml
- Reducción estimada de 30 g por hogar por semana en el consumo de azúcar
- Eficiencia cuatro veces mayor que el actual impuesto francés
A pesar de estos argumentos convincentes, la enmienda fue rechazada por 57 votos contra 46. Este resultado ilustra la divisiones políticas sobre la cuestión de la salud pública y la fiscalidad de los alimentos. También recuerda los debates que rodearon el regreso a la jubilación a los 62 años, lo que demuestra la complejidad de las reformas sociales en Francia.
Las posiciones divergentes de los grupos políticos
La votación sobre el impuesto a los refrescos reveló una panorama político fragmentado. A continuación se presenta una visión general de las posiciones adoptadas por los diferentes grupos:
Derramar | Contra | Abstención |
---|---|---|
Ecologistas, Socialistas, Comunistas, MoDem, Horizons | RN, mayoría LR, mayoría Juntos por la República | Francia rebelde |
La ministra de Sanidad, Geneviève Darrieussecq (MoDem), había apoyado la enmienda, al igual que su predecesor, Frédéric Valletoux (Horizons). Sin embargo, la ex ministra de Consumo, Olivia Grégoire (EPR), se opuso por temor a una repercusión del impuesto en el precio pagado por el consumidor. Esta división dentro del propio gobierno recuerda las tensiones políticas recientes, como el caso legal que involucra a Elisabeth Borne.
Frustraciones y perspectivas de futuro
El rechazo de la enmienda generó fuertes reacciones emotivas. Jérôme Guedj expresó su frustración y enojomientras que Geneviève Darrieussecq dijo estar “molesta y perpleja”. Estos sentimientos reflejan la importancia concedida a la lucha contra la obesidad y las enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de azúcar.
Aún así, no todas las esperanzas están perdidas para los partidarios del impuesto a los refrescos. El Ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin, se mostró favorable a que se aprobara la enmienda reexaminado durante el viaje parlamentario. Esta apertura podría permitir relanzar el debate y alcanzar un compromiso, como los debates sobre la revalorización de la asistencia social.
Alternativas y perspectivas legislativas
A pesar del rechazo del impuesto a las gaseosas, los diputados adoptaron otra enmienda destinada a combatir el consumo excesivo de azúcar. Propuesta por la ecologista Sabrina Sebaihi, esta enmienda establece un Impuesto sobre los azúcares añadidos en los productos alimenticios procesados.. Esta medida, apoyada por los rebeldes pero rechazada por el gobierno, demuestra la voluntad parlamentaria de encontrar soluciones alternativas.
Esta compleja situación recuerda otras cuestiones delicadas tratadas por el Gobierno, como el caso Olivier Dussopt o el proceso Dupond-Moretti ante el CJR. Destaca la dificultad de llevar a cabo reformas en un contexto político tenso, donde las cuestiones de salud pública chocan con consideraciones económicas e ideológicas.
La lucha contra la obesidad y la promoción de dietas más saludables siguen siendo grandes desafíos para Francia. El debate en torno al impuesto a las gaseosas probablemente no haya terminado y podría resurgir de otras formas en los próximos meses, lo que refleja la creciente importancia que se le da a las políticas de salud pública en el país.