Este miércoles 6 de noviembre, por la mañana, las donaciones llegaron al aparcamiento del Centro de Exposiciones de Narbona. Escobas, escobas, guantes… Tantas herramientas necesarias para darle a la Comunitat Valenciana una cara diferente que la catástrofe le impuso.
El narbonés Guillaume Barbera lanzó una colecta de emergencia. Cuando cesaron todos los asuntos, tomó el toro por los cuernos y respondió a las necesidades de las víctimas del desastre en la región de Valencia. Este miércoles 6 de noviembre no todas las miradas están puestas en Estados Unidos. Narbona también piensa en sus vecinos. Los que sufrieron las lluvias torrenciales del 29 de octubre que acabaron con la vida de más de 217 personas y cuyo número de víctimas sigue aumentando.
No conozco a nadie ahí, pero me conmovió.
Frente al Centro de Exposiciones, en la avenida Hubert-Mouly, la carga está en curso. Las empresas hicieron donaciones. Véolia está ahí para dar y ayudar; El Almacén de Bricolaje vino a ofrecer algo de ayuda; el centro comercial Carrefour y otros. A este terreno utilizado como estacionamiento llegan personas anónimas. Poco a poco, los narbonenses y otros audois abrieron sus baúles. Salen escobas, escobas, productos de higiene… Esta mujer de Narbona trajo agua, guantes: “Todos podemos encontrarnos en esta situación. Mostrar un poco de humanidad, que tanto nos falta, me parece normal. No conozco a nadie allí, pero me conmovió. Estoy feliz de ver que no soy el único. uno en este mundo individualista. Da impulso. No di mucho, un poco como donar sangre: Si cada uno de nosotros hace un poco lo que puede con convicción y responsabilidad, les aseguro que lo haremos. Hará mucho.”
Estos pequeños gestos que significan mucho conmueven a Guillaume Barbera. “Mi familia es de la región. Allí viven unos primos. Los primeros días quería ir allí, pero un familiar murió. Luego, mi prima me dijo que si quería ayudar, se ponía en contacto con un funcionario electo. de su pueblo y que podríamos coordinar una operación juntos”. Y para explicar: “Muchos voluntarios van al lugar, pero no están equipados. Como la prioridad era limpiar, me lancé. La urgencia está ahí. Una vez que encontré el transportador, las redes sociales hicieron el resto y The Independent contribuyó”.
En unos días, los alces serán realmente hermosos de ver. El ballet de los coches no cesa. “Estoy muy conmovido. Esta humanidad es maravillosa”. testifica Guillaume antes de salir para estrechar la mano y organizar la carga. A primera hora de la tarde, el camión tuvo que abandonar el aparcamiento en dirección Valencia.
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