El pueblo de Camphin-en-Carembault abrumado por la afluencia de automovilistas provocada por el GPS.

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Casi 14.000 vehículos pasan por el pueblo cada día, por un solo carril, y el GPS ofrece una ruta por el pueblo para evitar la A1. Muchos residentes locales lamentan las molestias que genera este tráfico.

Para rodear la A1, todas las carreteras conducen a Camphin. Este jueves 23 de mayo, como todos los días, un incesante ballet de vehículos atraviesa el pequeño pueblo de Camphin-en-Carembault. La vía departamental de esta localidad norteña, de poco más de 1.500 habitantes, es víctima colateral del GPS de los automovilistas de la zona.

De hecho, los distintos servicios de geolocalización que ayudan a la conducción ofrecen esta ruta alternativa para permitir, en teoría, a los automovilistas evitar los tradicionales atascos matutinos en la autopista A1.

“Todos los días así”

El atractivo de ahorrar tiempo es tan grande que lleva a un gran número de usuarios de la vía a cruzar Camphin-en-Carembault, provocando grandes atascos en el pueblo.

Alrededor de 14.000 vehículos tienen que circular por la carretera departamental que cruza Camphin, lo que hace insoportable la vida cotidiana de los residentes locales.

“Es así todos los días, es todo el tiempo. Detrás de nosotros está la autopista y, en cuanto hay un atasco o un accidente en la A1, todo el mundo pasa por aquí. Hay muchas cosas que ya no tenemos. Si, por ejemplo, abrimos menos las ventanas, cuando estamos en el jardín oímos ruidos todo el tiempo”, dijo Jean-Pierre, residente de Camphin, a BFM Grand Lille.

Para Bruno, la culpa también la tiene el “semáforo en rojo que es muy largo” y el “Stop” que marca la parada obligatoria y obliga al tráfico a reducir aún más la velocidad.

Trabajo “lanzado en septiembre”

“Es doloroso, agotador. Entre semana está bien, la gente va a trabajar, pero sobre todo los fines de semana, el ruido de las motos es horrible”, explica Mathieu al volante de su coche, que incluso admite haber pensado en desplazarse para escapar. tontería.

El municipio intentó instalar una circunvalación hace unos años. Pero la ley climática, que protege la alteración del suelo, puso fin al proyecto.

“No podemos dejar a los habitantes de Camphin con 14.000 vehículos bajo la ventanilla”, reconoce Matthieu Lestoquoy, el alcalde de la localidad.

Según este último, “las obras se iniciarán en septiembre” para “fluidificar y mejorar” el tráfico.

“Hemos comprado terrenos con rutas de socorro. Vamos a instalar luces inteligentes e intentaremos hacer lo mejor que podamos para que la gente de Camphin pueda encontrar la paz y la tranquilidad de nuestro hermoso pueblo”, continúa explicando el alcalde. .

El ayuntamiento también quiere ir más allá, con un radar antirruido para devolver la calma al pueblo. Queda por ver si esto será suficiente para que la calma regrese a Camphin.

Matthieu Giboire, con Alexis Lalemant

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