En vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las encuestas sitúan a Kamala Harris y Donald Trump empatados. Sin embargo, observamos que las mujeres apoyan abrumadoramente al candidato demócrata mientras que los hombres favorecen al ex presidente republicano. Una división que también se encuentra, en menor medida, en el panorama político belga.
En Estados Unidos, las encuestas indican que las elecciones de este año podrían estar marcadas por una de las mayores diferencias de votación entre hombres y mujeres de la historia. Harris, que puso el derecho al aborto en el centro de su campaña, goza de un apoyo masivo de los votantes. Por el contrario, Donald Trump, posicionándose como defensor de una determinada idea del hombre blanco, parece atraer principalmente a votantes masculinos, y algunos observadores no dudan en hablar de una “guerra de sexos”.
Esta división, nacida de temas de campaña muy contrastantes, ilustra una polarización sin precedentes de los dos campos políticos en torno a cuestiones de género.
Esta división no es exclusiva de Estados Unidos. También en Bélgica las opciones políticas de hombres y mujeres se inclinan cada vez más hacia partidos diferentes, especialmente entre los jóvenes. “La Generación Z, nacida en los años 2000, se está polarizando”escribió recientemente un periodista de Tiempos financieros. Según él, los niños de esta generación son más propensos a adoptar opiniones conservadoras, mientras que las niñas se vuelven hacia valores progresistas, reemplazando las divisiones tradicionales entre izquierda y derecha.
La Universidad de Amberes confirmó esta tendencia al observar una importante brecha de género entre los votantes jóvenes. En un panel de personas nacidas entre 1997 y 2012, más de tres hombres de cada diez dicen que podrían votar por Vlaams Belang, en comparación con menos de una mujer de cada diez.
Una brecha que tiene su origen, entre otras cosas, en el masculinismo que florece en las redes sociales, como reacción al feminismo, al movimiento mee too y a las cuestiones vinculadas a la homosexualidad. Algunos jóvenes sienten así una pérdida de puntos de referencia, desestabilizados por lo que perciben como un cuestionamiento de su estatus y se vuelven hacia figuras de virilidad afirmada.
La brecha de género en la votación también puede explicarse por diferencias en el éxito educativo y profesional. Hoy en día, más mujeres jóvenes obtienen calificaciones más altas que sus homólogos masculinos, lo que se refleja en la contratación. Lo suficiente como para crear resentimiento entre algunos jóvenes.
Las mujeres votan más a la izquierda que los hombres a la derecha
Según el politólogo Pascal Delwit, esta polarización también se confirma en las preferencias políticas de hombres y mujeres en Bélgica. Las mujeres, más preocupadas por las luchas por el derecho al aborto, la igualdad salarial o la inclusión, se encuentran más a menudo en los valores de los partidos de izquierda, como el Partido Socialista (PS), el PTB y los ecologistas. Los hombres, por su parte, votan con mayor frecuencia al MR o a Les Engagés, que defienden políticas a menudo percibidas como más conservadoras a nivel social y económico.
En Valonia, la diferencia entre hombres y mujeres en el voto al MR alcanza incluso los 10 puntos, según los últimos estudios.
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