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La muerte de varios gatos en el Gers, supuestamente asesinados cuando debían ser esterilizados, pone de relieve la necesidad de regular la proliferación de animales callejeros. La asociación “Le Gang des matous” pide responsabilidad y acción.
“Los animales no son objetos”: este mensaje, difundido por asociaciones protectoras de animales, resuena especialmente en el Gers, donde la reciente muerte de varios gatos en Monblanc suscita indignación. Una tragedia revelada por Cat Gang, que conmociona y desafía: ¿por qué llegar a esto?
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Desde 2019, esta asociación y sus voluntarios trabajan para proteger, acoger, esterilizar y encontrar un hogar a los gatos, sin ser un refugio oficial. “Recibimos una decena de llamadas al día”, afirma Liliane Broussard, presidenta de la organización. Dependiendo de la temporada, las peticiones varían, un recordatorio oportuno a medida que se acercan las fiestas: “Regalar un gato u otro animal por Navidad no es una buena idea”.
Una creciente demanda de licitación
El desafío de la asociación no reside tanto en el número de llamadas, sino en la complejidad de las intervenciones necesarias, que implican flujo de caja, logística y coordinación con los veterinarios. “La gente exige rapidez en nuestras intervenciones; en cuanto nos llaman, creen que el problema está en otra parte y que están exentos de toda responsabilidad”, añade Magali, miembro de la oficina Gang des catous. Hoy, la asociación trabaja con varios municipios con los que ha firmado un convenio para realizar operaciones.
Sin embargo, si los municipios tienen la obligación legal de cuidar de los animales callejeros, la realidad es más complicada. “Demasiadas personas todavía ven a los gatitos o cachorros como simples y lindos compañeros, sin comprender la importancia de su bienestar a largo plazo”, subraya Liliane Broussard. Denuncia también la falta de recursos concedidos por el Estado a las comunidades: “Los pequeños ayuntamientos no tienen medios para financiar las operaciones de esterilización y el Estado no proporciona subvenciones específicas para ello”.
A diferencia de Bélgica o España, Francia no impone ninguna obligación de esterilizar a los gatos, una elección que tiene graves consecuencias. Según la Fundación Brigitte Bardot, una gata puede tener hasta tres camadas al año, o alrededor de 12 gatitos el primer año, 144 el segundo y hasta 1.728 el tercero. Esta proliferación plantea graves problemas de endogamia y de salud.
En el Gers, las solicitudes se disparan: “Desde nuestra creación, la demanda ha ido creciendo”, subraya Liliane Broussard. En Francia, el número de gatos callejeros se estima en unos 11 millones. “Debemos imponer la esterilización de los gatos callejeros y me atrevería a decir que deberíamos obligar a la gente a esterilizar a sus animales. Existen soluciones para ayudarlos”.
Sin tales medidas, la proliferación de gatos, especialmente en las zonas rurales, conduce en ocasiones a actos irreparables. “Todavía no entendemos cómo la situación pudo haber llegado a este punto en Monblanc. Los gatos podrían haber sido colocados; teníamos un acuerdo con esta persona para realizar la esterilización y ya habíamos colaborado con ella”, afirma Liliane Broussard. Este trágico asunto está empujando a varias asociaciones a considerar la posibilidad de presentar una demanda civil y se está preparando una denuncia.
Un llamado a la acción
“Hoy en día hay demasiados gatos en Francia, es un hecho. Lo sabemos, y nos gustaría que hubiera muchos menos, pero no matándolos. Debemos actuar”, concluye con fuerza.
Recuerda el ejemplo de Australia, donde hace dos años se tomaron medidas drásticas de eutanasia masiva: “Creo que podemos actuar de otra manera. Si hay tantos gatos, es buena culpa nuestra”.
Este llamamiento resuena en las pocas asociaciones del Gers y entre los defensores de los animales. En la Gang des Matous, los miembros esperan que la situación de Monblanc y las tragedias que ilustra permitan movilizar esfuerzos para una mejor atención a la población felina, dando prioridad a la responsabilidad de los propietarios y de las comunidades.