Instalado en Plouëc-du-Trieux desde hace dos años, Jaehee Dincuff, asesor inmobiliario, quiere promover la cultura coreana en Côtes-d’Armor. Después de aprender francés en la escuela secundaria y perfeccionar sus habilidades en la universidad, trabajó para la embajada de Corea del Sur en París en la sección de educación. Ella y su familia decidieron entonces establecerse en la región de donde proviene su marido y donde iban regularmente de vacaciones.
Sin embargo, Jaehee lamenta la ausencia de una asociación coreana en la región, aunque sí la hay en Finistère y en Ille y Vilaine. “La mayoría de las grandes ciudades tienen una escuela coreana, como Rennes, Burdeos o Nantes. En Saint-Brieuc hay muchos coreanos adoptados y un cónsul honorario cuyo padre es coreano. Por eso sería interesante crear una asociación”, explica.
Clases de idiomas y cocina.
Su proyecto pretende establecer un puente cultural entre Bretaña y Corea. Para ello, espera obtener una subvención del consulado de Corea del Sur para apoyar esta iniciativa.
Jaehee planea impartir clases de idiomas, pero quiere ir más allá ofreciendo talleres de cocina enfatizando que “la cocina coreana es muy saludable”. Además, según ella, aprender coreano no es difícil, “se necesita principalmente buena voluntad”, asegura esta ex profesora que a veces da clases de forma voluntaria en el colegio Notre-Dame, donde su hija asiste a la escuela.
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