Decryption – ¿Están garantizados los derechos de las personas LGBTQIA+ en Bélgica? “Existe una brecha entre política y sociedad”

Decryption – ¿Están garantizados los derechos de las personas LGBTQIA+ en Bélgica? “Existe una brecha entre política y sociedad”
Decryption – ¿Están garantizados los derechos de las personas LGBTQIA+ en Bélgica? “Existe una brecha entre política y sociedad”
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Aunque Bélgica obtiene buenos resultados globales en comparación con la media europea, nuestro país cae en el ranking europeo de derechos LGBTQIA+. Cada año, ILGA-Europa, la organización que agrupa a las asociaciones LGBTI+ europeas, publica su “Mapa del arco iris” para evaluar la situación en Europa.

49 países europeos reciben una puntuación sobre 100, basada en los derechos de las personas LGBTQIA+. Mientras que en 2023, Bélgica estaba entre los segundo lugareste año, nuestro país cae a tercer lugar con 78 puntos.

Malta encabeza la lista por noveno año consecutivo. Con una puntuación de 83 puntos, Islandia pasa al segundo lugar con un aumento de tres puestos gracias a su nueva legislación.

Los tres países en la parte inferior del mapa del arco iris son Rusia, Azerbaiyán y Turquía.

Hay que ver el vaso medio lleno, pero también medio vacío.

Para Jean-François Cannoot, coordinador de Rainbow House (un colectivo de asociaciones LGBTQIA de habla francesa y holandesa), estas clasificaciones deben tener matices: “Debemos preguntarnos: ¿quién es un precursor? Estos son los grupos políticos que hicieron posible votar a favor de la adopción o incluso del matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero cuando analizamos la población, no es lo mismo. Existe una brecha cada vez mayor entre el progreso político y las mentalidades de la sociedad belga.

A pesar de su clasificación, Bélgica sigue siendo considerada un país liberal en cuanto a los derechos de las personas LGBTQIA+ y continúa avanzando en varias áreas. Nuestro país prohibió recientemente las prácticas de conversión. Se trata de terapias que supuestamente pretenden cambiar la orientación sexual de las personas LGBTQIA+. La nueva legislación belga prevé que esto se convierta en un delito penal.

Para Jean-François Cannoot, coordinador de Rainbow House (un colectivo de asociaciones LGBTQIA de habla francesa y holandesa), surgen otros desafíos para los próximos años: “La prohibición de los comentarios homofóbicos debería incluirse explícitamente en la Constitución, con especial atención a la discriminación en línea. La expresión del odio en línea es bastante problemática. Las cuestiones de racismo y xenofobia se consideran delitos de prensa y ya no deben llevarse ante los tribunales penales. Los comentarios racistas o sexistas pueden ser perseguidos penalmente. En cambio, todo lo relacionado con la homofobia sigue siendo considerado un delito de prensa y, por tanto, está sujeto a tratamiento y a un procedimiento larguísimo. Esta distinción ya es discriminación.

Otro tema, el caso de personas no binarias y transgénero: “Si hoy podemos considerar que gays y lesbianas tienen los mismos derechos, tanto civiles como familiares, que las personas transgénero, no es así en absoluto. En nuestro país existe una ley que define para las personas transgénero la atención de procedimientos médicos, psiquiátricos o de cambio de estado civil. Pero aún quedan muchas zonas grises, por ejemplo las personas intersexuales que no quieren o no pueden elegir. Todavía nos queda camino por recorrer, mientras que otros países están más avanzados en términos de derechos individuales, civiles y sociales para todas estas personas”. De hecho, ciertos países como Cuba o Nepal aceptan la noción de “tercer género” en los documentos del estado civil.

Sí, puedes ser un niño, usar esmalte de uñas y usar falda.

Sin embargo, el aspecto legislativo no lo soluciona todo.: “También hay prevención y educación, especialmente entre los jóvenes. Necesitamos normalizar las diferentes expresiones y relaciones de género. Por ahora hay avances pero no son suficientes. Con EVRAS (educación para la vida relacional, emocional y sexual) vimos que todavía hay renuencia a abordar estas dimensiones. Para avanzar, debemos permitir que los jóvenes participen en la evolución de la sociedad. Sí, puedes ser un niño, usar esmalte de uñas y usar falda. Es absolutamente necesario alejarnos del marco binario, en el que muchas personas no se encuentran. Sólo necesitamos permitir la libre expresión de diferentes identidades..

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