El despliegue de soldados norcoreanos en Rusia fue finalmente confirmado por Washington y la OTAN, tras varias alertas lanzadas por Kiev y Seúl. El Pentágono indicó el 28 de octubre que 10.000 soldados norcoreanos se dirigían a territorio ruso, con vistas a “entrenamiento en el este de Rusia”.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, por su parte, cifró la cifra de 3.000 soldados ya presentes en territorio ruso, a los que se sumarán otros 9.000. Si los beneficios que Vladimir Putin obtiene de ello son evidentes, el interés que Kim Jong-un obtiene de ello es más incierto.
Refuerzos con un papel aún misterioso
Este envío de tropas contra Ucrania cuestiona a muchos especialistas en vista de los pequeños beneficios que Pyongyang debería obtener de él. Moscú, ante grandes pérdidas y escasez de mano de obra para su industria, contrata a muchos extranjeros para enviarlos al frente y compensar su falta de hombres. Esta afluencia de soldados norcoreanos constituye, por tanto, un refuerzo bienvenido, aunque todavía no se conoce la zona de despliegue de estos últimos.
Pero es difícil ver qué podría ganar el régimen de Kim Jong-un, que está intensificando sus declaraciones beligerantes contra Corea del Sur, enviando a sus soldados lejos de la frontera con Seúl. Esta cuestión también atormenta a Washington, según el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby. “Esto es lo que más nos preocupa”subrayó a la prensa el 24 de octubre.
Soporte a un nivel nunca antes visto
El régimen ya ha brindado asistencia militar en repetidas ocasiones a socios, como Egipto durante la guerra de Yom Kippur o Vietnam del Norte, así como a Siria. Pyongyang también ha impulsado el esfuerzo bélico ruso en los últimos meses. En junio de 2024, el Departamento de Estado estadounidense citado por el Washington Post estimó que desde septiembre de 2023, Corea del Norte ha proporcionado más de 11.000 contenedores de municiones a Rusia, mientras que el número de proyectiles enviados a Moscú rondaría los 2 millones.
Rusia y Corea del Norte aprovecharon la oportunidad para firmar un “acuerdo de asociación estratégica global” en junio, calificado como “El tratado más sólido jamás firmado” por Kim Jong-un. Este documento prevé, en particular, la asistencia mutua en caso de invasión. Pero Corea del Norte nunca habría desplegado fuerzas en masa en un conflicto en curso desde la última guerra en la península, ni siquiera entre sus aliados más cercanos.
¿Una dieta que se está quedando sin fuerza?
Sin embargo, la situación interna del país podría explicar esta elección histórica. Corea del Norte sufrió la decisión de Kim Jong-un de cerrar el país tras la pandemia de Covid-19. En junio de 2023, la BBC recogió testimonios de norcoreanos que hablaban de casos de muertes por hambre en su entorno, en un país que vivía su crisis alimentaria más grave desde una gran hambruna en los años 1990.
Por tanto, el acuerdo celebrado con Moscú podría permitir a Pyongyang solicitar entregas de alimentos e hidrocarburos necesarios para su recuperación económica. Pero Pyongyang también puede recuperar al mismo tiempo la tecnología militar rusa, ya que el ejército norcoreano está generalmente obsoleto en comparación con sus adversarios potenciales, a pesar de los avances en ciertos sectores como la producción de misiles.
Las fuerzas militares norcoreanas también podrían beneficiarse de la experiencia adquirida en situaciones de combate real de alta intensidad en el frente ucraniano, mientras experimentan con nuevas herramientas como los drones, que sin duda se emplearían en un potencial conflicto contra Seúl. Sin embargo, Pyongyang podría pagar un alto precio por esta experiencia, ya que un enfrentamiento entre las tropas norcoreanas y ucranianas podría provocar la pérdida de miles de tropas de Kim Jong-un.