La decisión del consejo departamental de Loira Atlántico de regularizar las viviendas ilegales en la antigua zona a defender (ZAD) de Notre-Dame-des-Landes provoca una fuerte reacción entre los cargos electos locales. El 10 de octubre de 2024, la comisión permanente del departamento validó la firma de contratos de arrendamiento por 25 años para asociaciones de “representantes de usuarios” en varios sectores de la antigua ZAD, decisión percibida por algunos como un bono por la continuación de las ocupaciones ilegales.
Una regularización polémica pese a la oposición de los alcaldes
Los alcaldes afectados, en particular los de Notre-Dame-des-Landes y Vigneux-de-Bretagne, expresaron su descontento por esta regularización, que va en contra de las normas urbanísticas vigentes. En declaraciones a Le Figaro, Jean-Paul Naud, alcalde de Notre-Dame-des-Landes, lamenta que estas cabañas, a menudo situadas en zonas húmedas, vayan en detrimento de la conservación de las tierras de los bocage. Por su parte, Gwenola Franco, alcaldesa de Vigneux-de-Bretagne, critica un enfoque opaco del que sólo fue informada en el último momento. Para estos funcionarios electos, estas regularizaciones envían una señal equivocada al legitimar ocupaciones ilegales en detrimento de otros ciudadanos que respetan las reglas.
La cuestión de la igualdad de los ciudadanos ante la ley está en el centro de la controversia. Mientras la administración llama a su puerta para pedirle un color de ventana, o un permiso de construcción para un cobertizo de jardín, o una posible piscina, hay que admitir que estas construcciones ilegales se benefician de una complacencia que incita a liberarse, como estos propietarios en definitiva, de la ley y de las normas urbanísticas
¿Un gesto de “paz social” o una deriva política?
Algunos concejales departamentales de la oposición hablan de complacencia por parte de la mayoría departamental (izquierdista, ecosocialista) con respecto a estas ocupaciones ilegales y de un intento de comprar una forma de paz social.
La mayoría socialista del departamento, por su parte, defiende un enfoque caso por caso, con el objetivo de integrar estos hábitats en un proyecto agrícola y medioambiental más amplio. Insiste en la necesidad de aliviar las tensiones y regularizar progresivamente la situación, preservando al mismo tiempo el paisaje local. Sin embargo, la opacidad del proceso y la ausencia de consultas profundas con los funcionarios electos locales alimentan la inquietud en torno a esta decisión.
Mientras la antigua ZAD de Notre-Dame-des-Landes sigue suscitando intensos debates, la cuestión de la regularización de la vivienda ilegal sigue siendo un tema candente que divide a los cargos electos locales y a los residentes. No estoy seguro de que estos mismos funcionarios electos estarían encantados si toda la población comenzara a liberarse de normas y leyes…
Crédito de la foto: DR.
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