El desarrollo económico típico de un país comienza con la industrialización. Este proceso se ha observado durante tres décadas en China, donde la producción industrial está creciendo a un ritmo vertiginoso y el empleo en la agricultura está disminuyendo. Cuanto más fuerte es el desarrollo económico, más disminuye la importancia de la industria, porque los servicios están ganando importancia constantemente. Las economías modernas logran la mayor parte de su creación de valor en el sector de servicios.
¿Qué pasa con Suiza? ¡Ha seguido siendo una nación industrial a pesar del desarrollo económico! Al igual que en Alemania, la industria suiza genera alrededor de una quinta parte del producto interior bruto. En comparación, la participación industrial de Francia representa ahora sólo la mitad de la de Suiza, a pesar (o sin duda debido a) su activismo en política industrial.
Es notable la forma en que la industria suiza ha superado las dificultades económicas en los últimos años: las tensiones y conflictos geopolíticos, así como la fortaleza del franco, están pesando sobre las exportaciones. El alto precio de la tierra, el alto nivel de los salarios, el alto coste de la energía, pero también los obstáculos burocráticos, encarecen la producción. Por tanto, el éxito de la industria suiza no es evidente. Sólo gracias a sus productos de alta calidad, numerosas innovaciones y su capacidad de renovarse constantemente, la industria puede sobrevivir y seguir siendo próspera en nuestro país caracterizado por sus altos costos.
Sin embargo, para poder mantener la creación de valor en Suiza, la industria necesita buenas condiciones marco: debe preservarse el acceso a la mano de obra extranjera y la flexibilidad del mercado laboral, debe asegurarse el suministro de energía a precios razonables y los impuestos y cargas no debe incrementarse.
El alto nivel de valor añadido industrial debe generarse incansablemente, mes tras mes, año tras año. De hecho, los productos se mejoran continuamente, la patente de algunos de ellos expira, lo que permite la entrada al mercado de imitadores de bajo costo, o se inventan y desarrollan productos completamente nuevos. Por tanto, el valor añadido generado por los productos actuales disminuye con el tiempo. Para que la industria suiza pueda seguir produciendo productos competitivos en el futuro, debe renovarse constantemente. Esto sólo es posible si tiene un amplio margen de maniobra empresarial.
