Cada mañana, Nicolas Turon rinde homenaje a su departamento con un texto divertido, tierno y cómplice, en forma de declaración de amor por el Mosela. Elige un emblema perteneciente a la historia o a la actualidad y lo trata de forma poco convencional.
¡Temblad, simples mortales!
” La noche [qui vient] promete ser hermoso, porque en lo profundo del cielo, aparece la luna roja…
Presa de un temor santo, todos los mortales comunes y corrientes creen ver al diablo pisándoles los talones…”
Más antigua, diabólicamente menos comercial y dulce que la fiesta de Halloween, una tradición del Mosela convoca a las brujas a nuestros pueblos y es champán de Higelin tanto como de farsa, de mala suerte tanto como de descarada potajería…
En L’Hôpital, Achen, Lemberg y en otros cien pueblos del este, la noche del 30 de abril al 1 de mayo es la de Walpurgis, también conocida como “la noche de las brujas” o “Hexenacht”. Un paréntesis caprichoso en la vida de la ciudad, durante el cual reina el espíritu de picardía: burlamos al barrio, envolvemos los árboles en papel higiénico o tiramos huevos contra las fachadas… ¡Todo vale en materia de estupidez! Sólo una regla: el ambiente debe ser agradable, aunque en este caso se permitan bromas sucias…