El tranquilo pueblo de Marest-sur-Matz y sus 380 habitantes al norte de Compiègne vivieron un final de jornada agitado el viernes por la tarde. La ciudad fue parcialmente acordonada por los gendarmes, inicialmente convocados por un conflicto familiar.
Una vecina del pueblo había alertado a los militares porque estaba sufriendo violencia por parte de su marido, que se encontraba en avanzado estado de ebriedad. La situación se tensó cuando el individuo agarró un rifle con el que amenazó a su pareja. Una situación que la policía se tomó muy en serio porque también se sabía que el hombre ya había intentado suicidarse. “Incluso apretó el gatillo, apuntando en dirección a su esposa, pero era un rifle de aire comprimido, no cargado”, dijeron los representantes de la orden que establecieron un perímetro de seguridad alrededor del domicilio.
La esposa logró salir de casa con su hijo, quedando el loco solo dentro con su madre, quien luego también acabó saliendo de casa. Los policías lograron convencer al hombre para que saliera a pocos metros de su casa y de inmediato lo detuvieron con suavidad y sin que nadie resultara herido.
La escena habrá durado poco más de una hora antes de vivir este epílogo. Muy gravemente ebrio, el hombre fue puesto bajo custodia policial, de la que salió este sábado con una citación para comparecer ante el tribunal para el 27 de mayo. El rifle de aire comprimido incautado fue inmediatamente destruido.
