Una pareja condenada tras una loca persecución de 23 km entre Béarn y Landas

Una pareja condenada tras una loca persecución de 23 km entre Béarn y Landas
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Ud.una persecución de 23 kilómetros con los gendarmes pisándole los talones, picos a 150 kilómetros, peatones y coches obligados a desviarse, un motociclista que se estrella contra el paisaje… El relato de los hechos deja estupefacto al juzgado de lo penal de Pau, este lunes 22 de abril.

Una pareja landesa, juzgada por la tarde, es la responsable de este loco itinerario iniciado el sábado 20 de abril a media tarde, entre Orthez, Puyoô y Baigts-de-Béarn, luego Labatut, en las Landas. “Podrían haber matado a no sé cuántas personas”, intenta hacerles entender el presidente.

Comienza la larga letanía de ofensas de ese día. La pareja vino a ver a su familia a Orthez ese sábado. Aperitivos, un adiós que se prolonga y el hombre de 39 años, colocado bajo una pulsera electrónica, se encuentra a tiempo para estar en casa a las 17.30 horas como exige la medida.

Cambio de conductores

A partir de entonces, no se detuvo ante un control en la carretera por parte de los gendarmes de Orthez. Sobre porque también conducía ebrio (luego se analizó que pesaba 1,66 g por litro de sangre), sin permiso y sin seguro. El Peugeot 307 gris fue denunciado por las ondas y localizado por el Equipo de Vigilancia e Intervención de Gendarmería (Psig) de Orthez.

A pesar de las luces intermitentes, el conductor acelera, su compañero de 31 años al lado y el perro detrás. Según los gendarmes, el acusado, Jonathan Delbecq, cruzó las cebras y las líneas blancas, obligó a apartar vehículos que circulaban en sentido contrario y los montó en las aceras, y fue señalado con dos flashes. Frena bruscamente delante de la policía y quiere sacarlos de la carretera. Luego los soldados se distancian.

Pero la cabalgata continúa. Al salir de Puyoô, casi atropella a un motociclista que se desvió hacia el césped. La llegada a Labatut se vuelve aún más increíble. El velocímetro de la policía marca 150 km/h. Momentos después, el pasajero y acompañante de Jonathan Delbecq tomó el control del vehículo. Primero va al asiento trasero mientras su acompañante pasa al asiento delantero derecho y luego ella se pone al volante.

Al salir de Labatut, la pareja puso el intermitente y apagó el motor en casa. El arresto también está lleno de acontecimientos. El acusado también está siendo procesado por rebelión.

“No quiero morir”

“Todo lo que quería hacer era volver a casa. No quería huir, de lo contrario no habría regresado a casa, dice en el estrado un acusado muy enojado este lunes 22 de abril. No quería lastimar a nadie, me culpo mucho. Pero escucho cosas con las que no estoy de acuerdo. »

Afirma que nunca quiso poner en peligro a la policía frenando repentinamente delante de ellos. “Bajé la velocidad para hacerles entender que íbamos demasiado rápido. No queremos morir. »

“Lo sentimos sinceramente. Adrenalina, alcohol…, explica casi con un poco de indiferencia su compañero, juzgado por casi los mismos hechos. Mostramos descuido e irresponsabilidad con el deseo de volver a casa y evitar las repercusiones”, admite.

El tribunal insiste en concienciarles de un “comportamiento asesino”, en palabras de la fiscal Marion Méfiant. “No vamos a hablar de eso en diez años, dije que había alcohol”, comienzan a molestarse los imputados a la defensiva. Lo que despierta la ira del Ministerio Público.

Cigarrillo y dedos medios

“Es un viaje completamente loco, por no decir surrealista”, comenta el fiscal, que también recuerda que el treintañero “conducía con una mano con un cigarrillo mientras hacía gestos con el dedo a los gendarmes”. “No vamos a esperar a que Monsieur mate a alguien. Estaba con brazalete electrónico por prácticamente los mismos hechos. Este hombre debe ser excluido de la sociedad. »

Las 15 menciones en los antecedentes penales, incluidas múltiples por infracciones de tráfico, también alientan una fuerte sanción. Por ello solicitó tres años de prisión y la prohibición de volver a conducir durante tres años. Sentencia seguida por el tribunal de Pau que provocó el encarcelamiento inmediato de Jonathan Delbecq.

No vamos a esperar a que Monsieur mate a alguien. Le pusieron pulsera electrónica por prácticamente los mismos hechos

Su compañero llora cuando se anuncia el juicio. Su abogado, M.mi Grégory Del Regno, no logró evitar la detención a pesar de sus alegatos sobre su trabajo en una empresa de kiwi, su integración social y su amor.

Momentos después, la acompañante, con cuatro menciones en su prontuario, recibió seis meses de prisión bajo un brazalete electrónico. La medida, que se aplica de inmediato, va acompañada de la cancelación del permiso y de la prohibición de conducir vehículos que no estén equipados con un inmovilizador de alcohol durante un año.

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