Abdelilah Benkirane y el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) acaban de cometer un error imperdonable al enviar sus condolencias a Hezbollah, una organización que no sólo no reconoce la integridad territorial de Marruecos y su soberanía sobre su Sáharapero que va aún más lejos, al armar y entrenar a los separatistas de Polisario.
¿Cómo se atreve un partido marroquí, que dice defender los intereses de la nación, a rendir homenaje a una milicia que conspira directamente contra la unidad de nuestro Reino?
Hassan Nasrallah, jefe del eje del mal (Irán-Argelia), hace tiempo que hace causa común con el Polisario. Las autoridades marroquíes han aportado pruebas de que las milicias de Hezbollah proporcionan apoyo logístico y militar con la ayuda de Irán a los separatistas del Polisario, contribuyendo a alimentar la violencia contra nuestros valientes soldados.
Sin embargo, el día después de la muerte de Hassan Nasrallah en un bombardeo israelí, Benkirane y su partido expresan descaradamente sus condolencias públicas, glorificando a un hombre y a una organización que quieren la división de nuestro país.
¿Cómo puede el PJD, un partido que supuestamente defiende los intereses marroquíes, justificar su apoyo a una organización que mantiene vínculos con aquellos que buscan desestabilizar nuestra nación?
Marruecos, bajo el ilustrado liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VIha trabajado incansablemente para defender su Sáhara y su integridad territorial en el escenario internacional. Mientras tanto, el PJD parece estar tomando decisiones contrarias a los intereses del Reino, poniéndose del lado de quienes conspiran contra él.
El comunicado de prensa firmado por Benkirane es escandaloso: Que Hezbollah, la misma organización que ha confirmado relaciones con el Polisario, reciba el apoyo del PJD, partido marroquí, que sin embargo debería estar en primera línea para proteger la soberanía de Marruecos, es completamente inaceptable.
El PJD ha cruzado una línea roja: Su declaración no sólo es irresponsable sino también profundamente peligrosa. Es hora de que los marroquíes se pregunten si este partido todavía merece su confianza y, sobre todo, si todavía tiene su lugar en la defensa de los intereses supremos de la nación.
Abderrazzak Boussaid/Le7tv
