Quebec, una palanca poderosa

Quebec, una palanca poderosa
Quebec, una palanca poderosa
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En la azotea del Diamant, un callejón de piedras preciosas recorre el suelo con los nombres de los donantes, empresarios de la región que se han comprometido a apoyar este lugar de creación y difusión con 5.000 dólares al año durante cinco años.

En estas piedras aparecen treinta nombres. Robert Lepage y su hermana Lynda Beaulieu están especialmente orgullosos de haber convencido a los empresarios locales para que invirtieran en el diamante.

“No nos financiamos principalmente con subvenciones gubernamentales. El dinero público representa solo el 20% del presupuesto total”.

— Lynda Beaulieu, cofundadora y presidenta de Diamant

“Todavía necesitamos que unas diez personas se sumen al programa de piedras preciosas para alcanzar la marca del millón”, afirma.

Cultura para todos

Gracias a estas donaciones, Le Diamant podrá continuar con su misión: permitir que toda la población se abra a la cultura.

“Cuando éramos jóvenes, vivíamos en una familia con ingresos muy modestos. El acceso a la cultura no era fácil. Le Diamant es un lugar para todos. Todo el mundo debe tener acceso a la cultura. Traigan a sus hijos: ¡la cultura se puede aprender! Creamos programas para que sea accesible”, recuerda Beaulieu.

El lugar también pretende ser abierto y unificador. “La plaza D’Youville no fue elegida al azar. Antes era un gran mercado y un lugar de encuentro entre la ciudad baja y la ciudad alta. La terraza de la azotea no está ahí para ganar dinero, sino para que la gente pueda seguir paseando por los pasillos. También hay un pequeño lado educativo. Intentamos explicar a la gente qué es una sala de espectáculos”, explica Lepage.

Quebec es una ciudad inspiradora, pero sobre todo significativa para el creador Robert Lepage. (Jocelyn Riendeau/El Sol)

“A algunas personas les parece extraño que Le Diamant se interese por la lucha libre, pero hay gente que nunca ha estado en la ciudad alta, que nunca ha ido a un teatro. Las familias vienen a Le Diamant, ven los próximos espectáculos en las pantallas. Algunas tienen muy pocos recursos. Hemos creado diferentes programas. Es parte de nuestra misión”, añade.

Locomotora

Aunque los empresarios creyeron en el proyecto desde el principio e invirtieron 10 millones de dólares, los hermanos tuvieron que convencer a la comunidad cultural de la región. Inaugurado en 2019, el Diamant generó muchas inquietudes.

“En Le Diamant presentamos espectáculos diferentes. La gente tenía miedo de encontrarse en una situación de competencia. El ecosistema de la ciudad de Quebec es muy delicado en comparación con el de Montreal. Hicimos una promesa a la comunidad cultural de no pisarles los talones. Al final, se dieron cuenta de que somos más una locomotora que una competencia”, subraya Robert Lepage.

Según su hermana, la fama de Robert Lepage se refleja en todos los actores de la ciudad de Quebec, ya sean otros lugares culturales, restaurantes o incluso hoteles.

“La gente viene de Quebec, pero también de Montreal y del extranjero. Lo vemos en las tarjetas de crédito”.

— Lynda Beaulieu

Además de Diamant, Ex Machina también da trabajo a muchas personas.

“Tenemos unos cuarenta empleados a tiempo completo. Ex Machina también contrata a unas cien personas al año. El señor Cormier, director general de Desjardins, dijo que somos empresarios. Ahora me doy cuenta de eso”, afirma Beaulieu, quien fue admitida en la Académie des Grands Québécois por la Cámara de Comercio de Quebec a principios de este año.

Una cultura sin fondos suficientes

Y si la señora Beaulieu pensaba que descansaría una vez abierto el Diamant, enseguida se dio cuenta de que el trabajo era constante. Su principal afición: la financiación.

Critica especialmente que el gobierno no invierta lo suficiente en cultura, aunque los beneficios económicos vinculados a este ámbito son inmensos.

Según Robert Lepage y Lynda Beaulieu, la cultura aún no recibe suficiente financiación. (Jocelyn Riendeau/El Sol)

“Ex Machina se financia con inversiones extranjeras, pero Diamant no es fácil. Es bastante sorprendente la cantidad de recursos anuales que se necesitan. Las subvenciones no son suficientes. Representan el 20% de nuestro presupuesto, pero imagínense para aquellos para quienes representa el 80% o incluso más”, argumenta Lynda Beaulieu.

“Cuando supimos el monto de las subvenciones para los próximos cuatro años, todos los teatros se llamaron entre sí. Hubo un poco de pánico. Con la inflación, todo cuesta más. Esta concienciación tendrá que desarrollarse. La cultura es algo importante para la economía”, insiste.

La cultura atrae empresas

Según el señor Lepage, los empresarios quieren invertir en la ciudad de Quebec. La capital nacional tiene muchos atractivos, pero tiene mucho interés en utilizar la cultura para atraer empresas.

“En los grandes municipios alemanes, la cultura es un argumento para seducir a industrias como la de Mercedes-Benz. Las ciudades compiten entre sí, diciendo que tienen el mejor fútbol, ​​pero también los mejores teatros, la mejor danza, la mejor ópera. Utilizan la cultura porque saben que de esta manera atraerán a gente que piensa diferente y que estará expuesta a una nueva creatividad”, afirma.

“Las parejas jóvenes eligen Quebec en lugar de Montreal. Las empresas de lujo se están instalando en Quebec. Se percibe una convergencia de cierta riqueza hacia Quebec. Y la cultura es una palanca para seducir a estas personas”, concluye el diseñador.

Este texto es parte de la revista El negocio del solTambién disponible en versión electrónica completa.

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