Descubre nuestras recomendaciones de lectura para la semana.
“11 quai Branly” de Mazarine M. Pingeot (Flammarion)
Para el nacimiento de “Retour chez soi”, una nueva colección literaria, en Flammarion, que invita a los escritores a pasar veinticuatro horas en el lugar de su infancia, Mazarine Pingeot regresó por primera vez al apartamento parisino donde vivía “en secreto”, de los 9 a los 16 años con su madre, Anne Pingeot, conservadora del museo, y su padre, François Mitterrand, presidente de la República. En 1983 se instalaron en esta vivienda para empleados cerca de Alma, en el distrito 7.
La pequeña, cuya existencia no es conocida por el gran público, nunca se sentirá allí como en casa. Al amanecer de su 50 cumpleaños, acepta enfrentarse a los fantasmas de esta vida clandestina. Recuerda la cocina, la estancia más agradable, donde desayunaban los tres mientras escuchaban la radio, donde se hablaba de su padre. También está el juego de puenting con las sillas en el pasillo, sus disertaciones fueron dejadas para que las viera su padre. Las llegadas y salidas se realizaron en un coche con sus dos guardaespaldas. Ni invitados ni juegos en el patio con los otros niños, a quienes observó escondidos detrás de la cortina. Años más tarde, la sensación de encierro fue tal que el autor se negó a dormir allí. Ella ya no es ese “buen soldadito”. Ella es libre. Vuelve al día siguiente, llama a su madre para mostrarle cada habitación y comparan sus recuerdos. Luego deja las llaves y se va, sin huir como lo hizo a los 16 años. Mazarine M. Pingeot sacó las palabras de su memoria para grabarlas con fuerza en el papel y comprender los males de su vida de mujer. Su historia, dedicada a su madre, es modesta, conmovedora y brillante.
“El color negro no existe” de Greta Olivo (Phébus)
Apasionada del running, Livia es una joven con mucho talento, a pesar de sus problemas de visión y sus gafas de cristales gruesos. Con el mundo oscureciéndose y los objetos a su alrededor desvaneciéndose a medida que su retina se degenera, ¿cómo puede seguir disfrutando de la vida hasta convertirse en adulta? Con su tutor, Emilio, pero sobre todo gracias a su voluntad, su energía y su coraje, Livia conseguirá transformar su niebla oscura en una fuerza brillante. En este primer libro construido como una historia de aprendizaje, el novelista italiano insufla una luminosa esperanza en un tema sin embargo difícil. Espléndido.
“Divorcio a la francesa” de Eliette Abécassis (Grasset)
En pleno divorcio, Margaux, la novelista, y Antoine, el cirujano, se defienden ante el juez. Ambos tan convincentes que no sabemos a quién creer. El lector busca signos de ceguera, defectos. En esta “Guerra de las Rosas” con su estilo clínico y sangrante sátira social, ¿quién es el responsable? Si los testimonios de madres, amigas, amantes y amantes revelan los lados oscuros de la pareja, los de los hijos desgarrados conmueven el corazón. Al final entra Eliette Abécassis, también testigo del asunto. Vampiro, como su bella Margaux, triunfa aquí en un thriller de alto nivel.
“Vida infinita” de Jennifer Richard (Philippe Rey)
Cuarenta y tantos enamorados, padres felices, ricos y apasionados por su profesión, todo sale bien para Céline y Adrien. Mientras el empresario hiperconectado trabaja en un proyecto de vida eterna y desmaterializada, Céline, una documentalista, lucha por llorar la pérdida de su padre recientemente fallecido. En este mundo saturado de aplicaciones que se supone que hacen la vida más bella, ¿cómo podemos aferrarnos a los verdaderos valores y las emociones profundas? En esta distopía cautivadora y hábilmente construida, el escritor franco-estadounidense nos invita a reflexionar sobre los límites éticos de la tecnología que condiciona nuestra sociedad. Emocionante.
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