“La escritura fue mi motor”
¿Qué hacer después de tu bachillerato? La joven se dijo entonces que la economía estaba a medio camino entre la ciencia y los estudios más literarios. Un año de ahorro para prepararse para la cena normal y lo odiaba. Luego abandonó los estudios y se fue a Florida, donde trabajó con niños autistas. Con el deseo, al regresar, de dedicarse a una carrera centrada en los demás. Y por tanto, estudios médicos. Las matemáticas y la física no eran lo suyo, pero lo intentó. “Vine a Bélgica con un amigo y estudié en Bruselas”. Y afortunadamente todavía tenía esa inmersión en la escritura que le permitió seguir adelante durante todos estos años de estudio. “Trilicé mi primer año pero me negué a dejar de escribir. Me habría deprimido. Hice este primer año por más tiempo para escribir al margen. Nunca dejé de escribir, de lo contrario habría reprobado mis estudios. Fue mi fuerza motriz”.
Inicialmente, la andennaise escribía fantasía. Mientras cursaba sus estudios de medicina, se formó en escritura. “Quería formarme, también trabajé en una librería cuando era estudiante”. Y cuando vio el concurso sobre novelas de suspense lanzado por la Feria del Libro de Bruselas en 2023, lo intentó. “Decidí escribir una novela negra, un mes antes de terminar mis estudios de medicina. Escribí durante tres semanas”. Entre los largos días y noches en el hospital, escribiendo su tesis de fin de estudios, estudiando para su examen final,… Pues le costó mucho desde que fue seleccionada como finalista del Premio de Novela Negra del Libro de Bruselas. Justo. “Fui finalista de una novela oscura aunque nunca la había escrito antes”. Una bonita recompensa que llegó cuando acababa de graduarse. Hoy en día, Cécile Astachenko es médica de cabecera, pero no busquéis su nombre en el directorio de médicos, ha adoptado un seudónimo, escribe bajo el nombre de su madre.
Ser médico y escritor
“El concurso fue mi motor para escribir, también me permitió poner en práctica lo que había aprendido. Cuando envié mi novela al concurso no lo creía pero la soñé, la quería”. Necesitaba esa legitimidad, ese derecho reconocido por los demás para poder escribir. “Mi abuela, a quien adoraba, siempre me apoyó”. y es a ella, ya fallecida, a quien dedica este premio. Lo que le permitió encontrarse al lado de autores conocidos y reconocidos. Cécile Astachenko buscó entonces una editorial, luego decidió autoeditar y “las ventas se dispararon. Mi libro ocupó el cuarto lugar como thriller en Amazon”. Un éxito que vio la editorial Prisma. La joven autora ganó entonces el premio Suspense 2024, lo que le permitió ser publicada por Prisma. Luego, su novela fue reeditada, en algún momento de 2024, bajo el sello Prisma, justo después del nacimiento de su primer hijo.
¿Y desde entonces? “Tengo otra novela en camino”. Pero escribir esta novela, trabajar como médico de cabecera y criar a un niño pequeño es rock and roll. ¿El título de su nuevo libro? “Todas las brujas tienen corazón”. La historia se desarrolla en París, bajo las inundaciones de 1910. ¿El sueño del joven autor? Seguir siendo médico pero tener más tiempo para escribir, y compatibilizar plenamente estas dos pasiones que hoy lo habitan.
“Lo que esconden las faldas de las niñas”, un primer thriller
Su novela “Lo que esconden las faldas de las niñas” se desarrolla entre los años 70 y 90, en Bélgica. Veinte años después de la muerte de su amiga, Hortense vuelve a recibir margaritas frente a su casa y se maravilla. ¿Quién conocía su secreto y también por qué se cerró la investigación? La joven encuentra entonces a sus viejos amigos en el castillo donde ocurrió la tragedia. “En este grupo de once niños, Hélène era la chica más genial, fue la que desapareció y nunca fue encontrada”explica el autor de esta novela.
>>Cécile Astachenko, “Lo que esconden las faldas de las niñas”, ediciones Prisma, 300 páginas.