Publicado el 6 de enero de 2025 a las 09:45. / Modificado el 6 de enero de 2025 a las 09:46.
3 minutos. lectura
El taller de la libertad
Cada lunes, el ensayista Nicolas Jutzet ofrece una columna para comprender mejor por qué amamos la libertad y cómo puede ayudarnos a responder a los desafíos contemporáneos.
Suscribir al boletín
En marzo de 2022, durante una pausa durante una conferencia sobre la libertad en Praga, me topé con un stand fascinante: el de End Banned Books, que presentaba libros prohibidos en todo el mundo. En la lista, títulos esperados como Los versos satánicos de Salman Rushdie, pero también sorpresas más sorprendentes. Entonces, harry potter está prohibido en Arabia Saudita porque promueve la “brujería”. Pero también granja de animales por George Orwell. En Emiratos Árabes porque el autor hace hablar a los cerdos, y en Cuba porque transmite un mensaje anticomunista. Este encuentro me hizo cambiar las prioridades de lectura que me había fijado en enero anterior para los meses venideros. Se decidió que en 2022 iba a leer principalmente libros prohibidos en otros lugares, ayer y hoy.
En realidad, la censura está mucho más vigente de lo que suponemos. En 2023, una exposición en el Museo Strauhof demostró que la idea de prohibir los libros estaba resurgiendo. Incluso en las democracias. Si bien ya era obsoleto pedir la censura de una obra, las fuerzas “progresistas” intentaron prohibir o reescribir libros que pudieran ofender la sensibilidad de los lectores. Así vimos el florecimiento de lector de sensibilidadresponsable de descubrir de antemano, antes de su publicación, lo que algún día podría escandalizar al público. Las obras de monumentos como Agatha Christie o Roald Dahl fueron consideradas discriminatorias y “suavizadas” antes de ser republicadas. Corriendo hacia esta brecha, varios movimientos conservadores, como el mal llamado Mamás por la Libertad, han logrado aumentar las demandas de censura de obras progresistas. Principalmente porque podrían ofender o molestar a los niños. Entre las obras encontramos clásicos como Un mundo feliz por Aldous Huxley o Maus d’Art Spiegelman.
Le Temps publica columnas escritas por miembros de la redacción o personas externas, así como opiniones y columnas propuestas a personalidades o solicitadas por ellas. Estos textos reflejan el punto de vista de sus autores. De ninguna manera representan la posición de los medios de comunicación.
¿Quieres leer todos nuestros artículos?
Por CHF 29,- al mes, disfrute de acceso ilimitado a nuestros artículos, ¡sin compromiso!
me suscribo
Buenas razones para suscribirse a Le Temps:
- Acceso ilimitado a todos los contenidos disponibles en el sitio web.
- Acceso ilimitado a todo el contenido disponible en la aplicación móvil
- Plan de intercambio de 5 artículos por mes.
- Consulta de la versión digital del periódico a partir de las 22 horas del día anterior
- Acceso a los suplementos y a T, la revista Temps, en formato papel electrónico
- Acceso a un conjunto de beneficios exclusivos reservados para suscriptores
¿Ya tienes una cuenta?
Acceso