Cuando matamos perros cuyo amor es incondicional, ¿cómo podemos seguir creyendo en el hombre?

Cuando matamos perros cuyo amor es incondicional, ¿cómo podemos seguir creyendo en el hombre?
Cuando matamos perros cuyo amor es incondicional, ¿cómo podemos seguir creyendo en el hombre?
-

Los perros ocupan un lugar primordial en la nueva novela del autor nacido en Caracas en 1981, que ahora reside en Málaga. Deambulan por la capital venezolana porque todos los hombres y mujeres que tuvieron la oportunidad han abandonado el país. ¿Eran realmente todos dueños de mascotas? Es una metáfora utilizada por el hombre cuya primera novela, La noche (Gallimard, 2016), atacó al régimen de Chávez. Esta vez Nicolás Maduro está en el poder. La grave crisis social, política y económica que vive Venezuela se desprende de una u otra descripción, pero es sólo un telón de fondo.

apariencia de muñeca rusa

“Me voy del país, no puedo más”, le escribió un día Paulina a su marido Ulises, sin ti, precisa. La primera reacción de este último es encontrar un perro. ¿No vive su suegro, Martín Ayala, general retirado, con quien mantiene buenas relaciones, con sus tres perros en una gran y hermosa villa a la sombra del monte Ávila? Al morir, Martín legó a Ulises el departamento donde vivía con Paulina con la condición de que transformara la villa en un refugio para perros. Tiene cuatro meses para completarlo.

En un país incruento donde las materias primas se encargan al exterior, la tarea promete ser difícil. A esto se suma la impugnación del testamento por parte de Paul y Paulina, los hijos del general, que ya no han hablado con su padre desde la muerte de su madre. ¿Qué podemos decir de la reaparición de una tal Nadine, ex amante de Ulises?

Del amor a los perros Parece una muñeca rusa. Blanco Calderón presenta una galería de personajes que van surgiendo a medida que avanza la historia, permitiéndonos comprender –en la medida de lo posible, teniendo cada uno sin duda su propia interpretación– los entresijos de una historia familiar con múltiples ramificaciones. Desde las primeras páginas también habremos comprendido que al hacer de Ulises un facilitador de talleres de cine, el autor venezolano se alegra mucho de llenar su historia de referencias cinematográficas. Guepardo, El Padrino, El ladrón de bicicletas, por citar sólo estas películas, sirven para ilustrar ciertos comportamientos. Que decir sobre Todos los perros de mi vida de Elizabeth von Arnem, ¿un libro en el que doña Altagracia, esposa de Martín, deja huellas?

¿Cómo interpretar las matanzas de perros? ¿Qué repercusiones tendrán? ¿Qué hace Nevado, el perro emblemático del Libertador Bolívar? Cuando matamos a estos fieles compañeros cuyo amor es incondicional, ¿cómo podemos seguir creyendo en el hombre? Una historia que te hace pensar en la capacidad del ser humano de seguir viviendo en total convivencia.

Del amor a los perros | Novela | Rodrigo Blanco Calderón, traducido del español (Venezuela) por Robert Amutio | Gallimard, 265 págs. Precio 23€, digital 13€

EXTRACTO

“Estaban los terroristas de Sendero Luminoso. Hubo una guerra. Los senderistas y los militares, todos cometieron atrocidades. Cada una más horrible que la anterior. Aquí, en cambio, intuimos una guerra, pero no la sentimos”. No lo veo. Y son los propios desplazados, el propio pueblo, los que abandonan a sus perros. Es peor que colgarlos de un poste. Esta gente los abandona para anunciar que se van de este infierno.

-

NEXT Ir de viaje de libros a Bertranges es el miércoles