CRÓNICA – En el Grand Véfour, un jurado diverso concedió el Alter-Goncourt a Gabriella Zalapi. Lo leemos.
Este artículo proviene de “Revista Figaro”
Solía odiar perderme una noche de fiesta; Hoy, odio perderme un buen libro. Debe ser una cuestión de edad: tengo la FOMO* letras. El mes pasado, un grupo de colegas borrachos pero creíbles (Babkine, Bloch-Lainé, Cabana, Jeancourt-Galignani, Lamberterie, La Rochefoucauld, Liger, Montety, Neuhoff y Ungemuth) premiaron su “Goncourt” Fígaro literario a Gabriella Zalapi por ilaria . Me sentí mal por no haber oído hablar nunca de su libro favorito sobre el regreso a clases.
Me apresuré a comprar esta tercera novela de una italiana suiza (como mi esposa). Es la historia de una niña secuestrada por su padre en los años 80. Recorrieron Italia en coche durante dos años. Parece el escenario de una película de los hermanos Dardenne, con una cámara en mano y actores que interpretan a desempleados, antes de posar en la alfombra roja con un traje de Dior. La hija es la víctima, el padre un bastardo: el espectador queda atrapado…
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