“Los libreros de Toulon (incluida la gran librería Carlomagno) ya no tienen existencias del libro de Jordan Bardella (…)”se alegró Amaury Navarraanne el X, pasado sábado, día de la difusión nacional de la autobiografía del presidente de la Agrupación Nacional titulada lo que estoy buscando. Un mensaje del concejal municipal (RN) de la oposición de Toulon y de Metrópoli transmitido, sin más comprobaciones, por la diputada de extrema derecha de Var, Laure Lavalette, con este comentario: “¡Excelente! Entiendo mejor la emoción de algunas personas al enterarse de la llegada de Jordan el próximo viernes”. Excepto que eran… noticias falsas.
El sábado pasado, Carlomagno técnicamente no habría podido agotar sus existencias: esta librería de Tolón, que debía recibir las obras el viernes pasado, no fue entregada… el lunes por Hachette. Desde entonces, el rostro de Jordan Bardella aparece en las estanterías, a la altura de los ojos. Justo encima del libro dedicado a Jean-Luc Mélenchon. Y todavía no hay existencias agotadas. De los 60 ejemplares pedidos, sólo se vendieron 11. “Eso no es lo que me dijeron allí”defiende Amaury Navarrane.
En apoyo de su argumento, este último también cita otros dos lugares de supuesta “ruptura”. Si en el distrito de Mourillon, “las pocas copias” En efecto, el pedido de La joie de lire había sido reservado previamente por un puñado de interesados y, por lo tanto, ya no estaba disponible en el momento de la venta, en el Relay de la gare, el expositor todavía está lleno de lo que estoy buscando. Y allí nadie parece estar buscándolo. En toda Francia, un tercio de los ejemplares ha encontrado compradores desde el pasado sábado, según datos de 500 librerías independientes, mientras que en Amazon se sitúa a la cabeza de las ventas.
Una salida de alto riesgo
Del lado de Niza, tampoco se trata de una avalancha de clientes pro-Bardella. De los otros 60 ejemplares instalados en la principal librería de Masséna, en el corazón de la ciudad, hasta el momento han salido 24. En este caso, son más bien los libros de Philippe de Villiers sobre la islamización de Francia los que van como pan caliente. “O los fans de Bardella compran principalmente en Amazon o no necesariamente leen este tipo de libros”analiza un profesional editorial. “Fayard publicó 150.000 ejemplares de lo que estoy buscandoes un gran problema para ellos, dice otro. Eso es más que para Amélie Nothomb. Pero cuidado con el caldo”.
Para aumentar las ventas, Fayard puede contar con la gira de Jordan Bardella por numerosas ciudades de provincia. Y en particular el viernes por la tarde en Toulon, donde está prevista una dedicación “para 200 a 300 personas”. No a Carlomagno, como había solicitado inicialmente la editorial comprada por Vincent Bolloré: el grupo familiar Var, que no comparte las ideas del Rally Nacional, lo vetó para no participar en el revuelo.
“Es sectarismo que uno de cada dos votantes de Var votara por la Agrupación Nacional en las últimas elecciones legislativas”, lamenta Frank Giletti, diputado y presidente de la federación RN83. Para encontrar un plan B, este último, que espera hasta el viernes antes de leer la biografía del líder de extrema derecha, consultó su libreta de direcciones. “Buscamos entre nuestros contactos un lugar céntrico y accesible que pudiera acomodarnos”, explica el hombre que optó por Flavor, un nuevo restaurante-pista de baile junto al estadio Mayol.
Un hotel de cinco estrellas como sede
En Niza tampoco hay reuniones de lectores en una librería. Esta vez, por falta de espacio, explica Alexandra Masson, diputada y presidenta de la federación RN 06, reservó el sábado por la mañana el Boscolo, un hotel de cinco estrellas que sirve regularmente de lugar de recepción a la fiesta de Marine Le Pen.
Fayard todavía contaba con el personal de la librería Massena para vender allí sus libros antes de recibir… una negativa categórica. Si esta marca vende lo que busco, no piensa participar en una fiesta para eso. Una vez más, la enfermera registrada ha encontrado la solución. “La librería Jean Jaurès, socio de Fayard, se encargará de ello”, explica Alexandra Masson. “Y son muy amables”.