El padre de Hélène Gaudy tiene esa extraña costumbre que, en mayor o menor medida, nos afecta a muchos de nosotros: atesora. En su estudio de pintor, colecciona fetiches africanos, tubos de arena, billetes de metro, cuerdas, yunques… Todo ello forma colinas, montañas que amenazan con derrumbarse en cualquier momento.
Un día, la novelista se entera de una isla que lleva el nombre de su padre, la Isla de Jean-Charles, que, en Luisiana, amenaza con ser devorada por el Mississippi. Le pide a su padre las llaves del taller y sale a buscarlo antes de que él mismo desaparezca, descifrando los montones de objetos, las cartas, los poemas, abriendo los cuadernos privados para comprender mejor a este hombre que nunca guardó ningún recuerdo de su infancia, esta persona amable y tímida, a veces capaz de estallar. ¿Qué vacío puede llenar esta necesidad de acumulación?
Un abuelo increible
Su búsqueda interior lleva a Hélène Gaudy de Dreux a Menton, de la llanura de Beauce a la curiosa ciudad ficticia de Muzainville… Cada descubrimiento le abre otros horizontes, llevándola de archipiélago en archipiélago de la memoria. Conoce así a otros miembros de su familia, a su madre, a su abuela y, sobre todo, a su increíble abuelo, la otra figura destacada del libro, este ex combatiente de la resistencia tan amargado, que curiosamente también padece una aguda coleccionismo…
Con gran amor, modestia y delicadeza, pinta los retratos, profundizando en los retratos con lucidez, explorando las trayectorias de vidas atrapadas en los tormentos de la Historia, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Argelia… Archipels es un magnífico homenaje que el Los jurados del Premio Goncourt 2024 avanzan hasta su selección final, este lunes 4 de noviembre.
Archipiélagoséditions de l’Olivier, 286 páginas, 21 €, libro electrónico 14,99 €.