En Kanda Jimbocho, Tokio, una librería innovadora está redefiniendo la experiencia de lectura al permitir a los clientes alquilar estanterías para vender sus libros, fomentando una comunidad de entusiastas alejada de las recomendaciones algorítmicas.
En el distrito Kanda Jimbocho de Tokio, está tomando forma un nuevo concepto de librería que revitaliza la experiencia de lectura y la búsqueda de libros. Tomoyo Ozumi, una clienta entusiasta, está encantada con su reciente descubrimiento: un libro ilustrado sobre quesos, que encontró en una librería innovadora donde todos pueden alquilar una estantería para vender sus obras. Este modelo en crecimiento permite a los lectores explorar una variedad de libros, ofreciendo una alternativa atractiva a las recomendaciones algorítmicas, a menudo uniformes, de las plataformas en línea.
Reconstruir las bibliotecas
Shogo Imamura, de 40 años, fundador de este concepto único, destaca la originalidad de su establecimiento: “Aquí encontramos libros que nos hacen preguntarnos quién podría comprarlos”, bromea. Su tienda, que abrió en abril, se destaca de las librerías tradicionales, que ahora prefieren los libros más vendidos en función de las cifras de ventas. “Ignoramos estos principios. O, en otras palabras, el capitalismo”, añade, mostrando su deseo de “reconstruir las librerías”.
La tienda del Sr. Imamura, aunque modesta con 53 metros cuadrados, alberga 364 estantes donde se exhiben libros nuevos y usados, que cubren una variedad de temas que van desde estrategias comerciales hasta manga y artes marciales. Con tarifas mensuales que oscilan entre 4.850 y 9.350 yenes (o aproximadamente entre 29 y 56 euros), varios cientos de clientes alquilan estanterías allí, entre particulares, empresas y editoriales. “Cada una de estas estanterías es como una versión real de una cuenta de redes sociales, donde te expresas como en Instagram o Facebook”, explica Kashiwa Sato, director creativo de la tienda, destacando el aspecto comunitario de esta iniciativa.
Recomendaciones auténticas
La librería Honmaru, un nombre simbólico que evoca el corazón de un castillo japonés, es actualmente única en Tokio, pero Imamura espera extender su concepto a otras regiones, particularmente a aquellas afectadas por el cierre de librerías. Un estudio de la Fundación de la Industria Editorial Cultural de Japón revela que una cuarta parte de los municipios japoneses ya no tienen librerías y que más de 600 de ellas han cerrado sus puertas en 18 meses.
En busca de modelos de éxito, Imamura visitó numerosas librerías que han sabido adaptarse a la competencia de los gigantes del comercio en línea. Algunos cuentan con cafeterías integradas o incluso gimnasios para diversificar sus actividades. Otro librero de este nuevo género, Rokurou Yui, de 42 años, enfatiza la pasión palpable de los inquilinos de las estanterías por los libros que eligen. “Es como si oyéramos una voz que nos da consejos de lectura”, confiesa. A diferencia de las librerías tradicionales, donde los libros se seleccionan con base en criterios comerciales, Yui señala que en su tienda los estantes están llenos de recomendaciones auténticas, demostrando un verdadero amor por la lectura.
Renacimiento de una cultura
Con su padre, Shigeru Kashima, profesor de literatura francesa, Rokurou Yui abrió su primera librería, “Passage”, en 2022, seguida de otras dos y una cuarta recientemente inaugurada en una escuela de lengua francesa en Tokio. “Passage” tiene 362 estantes alquilados por vendedores que atraen clientes a través de su propio marketing, a menudo en las redes sociales. Los fines de semana, el ambiente de “Passage” se vuelve casi festivo, similar al de una discoteca, y atrae a un público joven ávido de descubrir y debatir sobre libros. “Venimos aquí no sólo para vender y comprar, sino también para discutir libros”, concluye Rokurou Yui, ilustrando así el renacimiento de una cultura literaria vibrante y comunitaria en Japón.
Con AFP