Jean-François Beauchemin: trayectorias inesperadas

Jean-François Beauchemin: trayectorias inesperadas
Jean-François Beauchemin: trayectorias inesperadas
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A prioriComo señala este divertido protagonista “judío ateo neodarwiniano”, hay algo formal, incluso pomposo, en declarar que uno está escribiendo sus memorias. Pero Mayron Schwartz participó en el ejercicio con encantadora ingenuidad. Y si no aparece como un gran personaje histórico que dejó huella en su época, no es tanto que le falte grandeza; especialmente si hablamos de grandeza de alma.

Recopilando y reviviendo, a lo largo de una partitura salvaje, recuerdos a veces teñidos de detalles, a veces anécdotas de la vida cotidiana, involucrando sistemáticamente a sus allegados, ofrece inocentemente una visión del mundo que combina sencillez y humanidad.

“Básicamente, este personaje está involucrado en las grandes cuestiones existenciales, en la filosofía, pero casi a su pesar, porque no es un filósofo en sí mismo. Observa mucho el mundo, las personas, y nota en él un cierto número de pequeñas cosas, incluso bastante banales, sobre todo las de la naturaleza que lo rodea: el canto de un pájaro, un paisaje…”, comenta Jean-François Beauchemin. desde su remanso de paz enclavado en las Laurentinas.

Adormecido por la naturaleza, Mayron Schwartz también recurre a la naturaleza humana, presentándose como un filántropo, muy curioso por quienes lo rodean. Pero no penséis que está siendo angelical, porque nadie escapa a las tragedias de la vida; la sombra del suicidio o la de los campos de exterminio nazis, de los que fueron rescatados sus familiares, nunca acecha lejos.

los otros somos nosotros

Al navegar por las páginas de Memorias de Mayron Schwartzel tono casi irónico del título emerge poco a poco, hasta que uno se da cuenta de que el foco de atención no está tanto en la persona en cuestión, sino en sus seres más cercanos, en particular esta pintoresca familia y estos amigos no menos sorprendentes, todos representados en vivos colores. bandera. Además, Mayron confiesa: “Sin los demás no valgo nada, ni siquiera el precio de una calabaza en la feria de huertas del pueblo”.

¿Un desaire de Jean-François Beauchemin a nuestra era contemporánea que rezuma egocentrismo? Bastante. “Este libro es una especie de acto de resistencia. Me estoy volviendo alérgico a todo lo que tiene que ver con la vanidad, los egos inflados, esta autopromoción, exacerbada por las redes sociales”, explica el autor, que espera contrarrestar esta tendencia, y admite que nunca ha soportado el revuelo mediático que rodea a él.

“Sí, el personaje principal se observa a sí mismo viviendo y pensando. Pero vemos en todo momento que son otros quienes lo forman. Quería mostrar que en el fondo, por mucho que nos pongamos en el centro de atención, nunca estamos solos y los demás se aseguran de que seamos secundarios”.

— Jean-François Beauchemin, autor

El lector no debe esperar seguir una cronología lineal e implacable. Mayron Schawrtz invoca sus recuerdos en desorden, a medida que le vienen a la mente, pasando del gallo al burro o de los acontecimientos del día anterior a los del pasado lejano.

“Podemos ver claramente que es un espíritu rebosante, que vaga de un objeto a otro, de una flor a otra, como una abeja, y que se maravilla de todo. De ahí este pensamiento y este libro un tanto desaliñados”, afirma el escritor. Sin embargo, esto último nos invita a considerar el texto en su conjunto para que todos puedan apreciar, implícitamente, una determinada estructura en la exposición de este relato meditativo.

Nadie es profeta en su país.

¡En los últimos años, Jean-François Beauchemin ha tenido más éxito literario en la francofonía europea que en La Belle Province! (Hugo-Sébastien Aubert/La Presse)

El personaje de Mayron Schwartz no es el único que suscita asombro. Su autor también puede ofrecer algunos datos sorprendentes. En particular, su reputación más allá de las fronteras de Quebec, que no ha flaqueado desde hace más de 25 años.

Prueba de ello son sus numerosas nominaciones o premios conseguidos, especialmente en Francia, desde 1999 hasta hoy, del premio Francia-Québec (en 2005 por El dia de los cuervos) en el premio de los libreros Folio Télérama en 2024 ganado por el reyezuelo. Aún más sorprendente: ¡en los últimos años ha tenido más éxito literario en la Francofonía europea que en La Belle Province!

Jean-François Beauchemin lo admite sin reservas: este avance sigue siendo un misterio por resolver. “Es difícil para mí explicarlo. Esto me sorprende y me lleva a hacerme preguntas. Tengo la impresión de tener una sensibilidad más europea que quebequense. Los franceses, los belgas y los suizos reaccionan mucho más fuertemente a mis libritos. ¿Para qué? No sé.”

“Pero observo que en todos mis libros, o casi, hay una evocación del aire libre. Los europeos parecen fascinados por esta geografía de territorios en inmensidad. “Quizá esto sea en parte la explicación”, supone, sin ignorar la buena acogida de sus obras en Quebec.

Señalemos que se sirve de una escritura clásica, lo que no impide que en ocasiones se deslicen algunas referencias nacionales. Una elección artística justificada por el género sutil, refinado y poético que desea transmitir a sus lectores.

“Siempre he sido un poco reacio a utilizar la lengua quebequense por escrito. Creo que se adapta mejor a las conversaciones. Ojo, no digo que no podamos hacer cosas muy bonitas con él; Michel Tremblay es un maravilloso ejemplo. Pero creo que se presta menos a mi propósito literario, prefiero un lenguaje un poco más clásico, que permite más matices y profundidad.

Título: Memorias de Mayron Schwartz

Autor: Jean-François Beauchemin

Nombre de las páginas: 528

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