RETRATO – El ex primer ministro socialista, que dejó la jefatura del Gobierno portugués tras la apertura de una investigación contra sus colaboradores, tiene una larga experiencia en política y alianzas de izquierda y derecha.
En Madrid
Le gustan los rompecabezas de 1.000 piezas y, según un ex ministro, Lego. El talento de Antonio Costa para formar coaliciones inesperadas y formar mayorías está bien establecido en Portugal; Queda por ver qué acogida tendrá Bruselas para el ex primer ministro socialista, que dimitió cuando un ministro y su jefe de gabinete fueron acusados de corrupción por la justicia de su país. Es más que favorito para el puesto de Presidente del Consejo Europeo. « Es mucho más pragmático que ideólogo, describe André Azevedo, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Católica Portuguesa. Y este rasgo de carácter alimenta su capacidad para construir alianzas y negociar. »
La demostración más sorprendente de esta cualidad es la forma en que llegó al poder. En las elecciones legislativas de 2015, el PS, que Costa sólo controla desde hace un año, quedó segundo, detrás de la coalición conservadora del saliente Pedro Passos Coelho.
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