El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó el jueves a Moldavia en un caso insólito en el que un agente medioambiental fue despedido por haber recibido como soborno… una motosierra, considerando el Tribunal que el proceso contra él no había sido justo.
Ivan Cavca, ciudadano moldavo nacido en 1988, era funcionario de la Inspección de Protección Ambiental. En mayo de 2020 fue despedido por falta disciplinaria tras aceptar una motosierra como soborno, en una denuncia por tala ilegal de árboles que le habían sido puestas en conocimiento.
El demandante interpuso un recurso contra su despido en el que afirmaba haber sido engañado e incitado a cometer el delito por un agente encubierto, en el marco de una evaluación aleatoria de la integridad profesional de los funcionarios de su departamento. Su apelación no tuvo éxito.
Invocando ante el CEDH el artículo 6 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, relativo al derecho a un juicio justo, el Sr. Cavca sostuvo que los tribunales moldavos que intervinieron no habían examinado su acusación de emboscada.
El organismo paneuropeo, con sede en Estrasburgo, accedió a su petición. “El Tribunal considera que los tribunales internos no cumplieron con su obligación de examinar eficazmente el argumento de la trampa y de garantizar que el procedimiento fue justo”, dijo.
El TEDH señala un “razonamiento inadecuado” de los jueces del tribunal de Chisinau y señala otras anomalías procesales: el demandante no podía, por tanto, recurrir la decisión judicial en su contra, “una posibilidad abierta sólo a otras partes”.
Por lo tanto, el Tribunal concluye que Moldavia ha violado el artículo 6 del Convenio.
“La constatación de violación constituye en sí misma una satisfacción equitativa suficiente por el daño moral sufrido por el señor Cavca y el Estado demandado debe pagarle 1.375 euros en concepto de costas”, concluye.