(SenePlus) – En una columna publicada el 9 de enero de 2025 en Le Monde, Marie de Vergès hace una observación alarmante sobre los movimientos de personas en el continente africano, revelando los numerosos obstáculos que aún obstaculizan la movilidad de los africanos dentro de su propio continente.
Si bien Ghana acaba de abrir sus fronteras sin visa a los titulares de pasaportes africanos desde principios de 2025, esta decisión parece ser una excepción notable. Según la crónica, sólo otros cuatro Estados entre los cincuenta y cuatro del continente (Benin, Gambia, Ruanda y Seychelles) conceden tal exención a los nacionales africanos.
Esta situación paradójica no perdona a nadie, ni siquiera a los más influyentes. El magnate nigeriano Aliko Dangote, presentado como el hombre más rico de África, se quejó públicamente de ello durante un foro económico en Ruanda en mayo de 2024: “Como inversor que quiere hacer prosperar a África, tengo que solicitar treinta y cinco visados diferentes”. dijo, enfatizando lo absurdo de tener que “presentar [son] pasaporte en las embajadas” a pesar de su condición de gran inversor presente en dieciocho países del continente.
La crónica destaca situaciones particularmente aberrantes, como la de los dos Congos. Los residentes de Brazzaville y Kinshasa, cuyas capitales están separadas sólo por un viaje de veinte minutos en ferry a través del río Congo, deben presentar pasaportes y visas para viajar de una orilla a otra.
Sin duda, se han logrado avances, como señala Marie de Vergès. Según el Índice de Apertura de Visas del Banco Africano de Desarrollo, el número de países que ofrecen visas electrónicas ha aumentado de menos de diez a veintiséis desde 2016. También existen espacios para la libre circulación dentro de algunos bloques regionales, como la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental. .
Sin embargo, los obstáculos siguen siendo numerosos. El columnista cita en particular “los vagos criterios de elegibilidad, los trámites burocráticos, los largos tiempos de tramitación” que complican la obtención de visados. Esta situación tiene importantes repercusiones económicas: el comercio intraafricano representa sólo el 15% del comercio del continente.
Sin embargo, existe una solución sobre el papel. En 2018, la Unión Africana adoptó un protocolo para permitir a los africanos viajar sin visa a cualquier país del continente por hasta noventa días. Pero la crónica revela que de los treinta y dos países firmantes, sólo cuatro lo han ratificado (Malí, Níger, Ruanda y Santo Tomé y Príncipe), lejos de las quince ratificaciones necesarias para su entrada en vigor.
Las reticencias de los Estados pueden explicarse por diversos temores: la competencia en el mercado laboral, el aumento del contrabando y la delincuencia, o incluso la propagación de enfermedades. Pero, como concluye el periodista de Le Monde, “más de sesenta años después de la independencia, África tendría más que ganar abriéndose a sí misma que protegiendo las fronteras trazadas por los colonos europeos hace cien años”.