Durante esta segunda jornada de audiencia, el acusado, el ex entrenador de la selección nacional, Tadjou Attada, y la denunciante, la deportista Mariama Cissé, estaban delante del presidente, a sólo un metro de distancia. Ambos respondieron preguntas del tribunal sobre los detalles de sus intercambios y el acoso del que le acusa el deportista.
Un caso que podría servir de ejemplo
Según Maître Francine Aka-Anghui, abogada de Mariama Cissé, este caso podría servir de ejemplo: “Estos entrenadores deben dejar de ser depredadores. Se trata de chicas jóvenes que a menudo se les confían, muy jóvenes, brillantes y que, a causa de las acciones de sus entrenadores, ven sus carreras destrozadas, sus sueños destrozados. Esta es la primera vez que una víctima llega hasta el final. En general, este tipo de juicios se cortan de raíz porque las intervenciones de ambos lados, estamos en África… ¿Sabes qué es? Es familia, la gente tiene miedo”.
Sin acoso
Si el entrenador no niega su atracción y el coqueteo que siguió, su abogado, Maître Panfolhié Coulibaly, rechaza la idea de que sus mensajes prueben un acoso sexual: “Él naturalmente se enamoró, por eso hubo estos intercambios. De ninguna manera la acosó. No condicionó la aceptación de sus insinuaciones a ninguna ventaja”.
Durante la primera audiencia, el 22 de noviembre, otro deportista acudió a declarar. Luego acusó al entrenador de tocamientos sexuales. Tras una audiencia de tres cuartos de hora el viernes, el fiscal solicitó un año de prisión y una multa de 500.000 francos contra Tadjou Attada. La deliberación tendrá lugar el 21 de febrero.
