30 a 60 millones de euros. Este es el coste para las finanzas públicas francesas del teletrabajo concedido a los trabajadores transfronterizos empleados en Luxemburgo. Los datos, resultantes de un cálculo de la administración tributaria, se incluyeron en el informe registrado el 12 de diciembre por la diputada Pascale Got (Partido Socialista) en el marco del análisis del proyecto de ley que regula la aprobación de la enmienda de 2022 a la ley franco-de 2018. Convenio fiscal de Luxemburgo.
“El déficit de las finanzas estatales no es despreciable, en un contexto marcado por la búsqueda de ahorro en el gasto público”, plantea la parlamentaria en su análisis, que subraya que el abanico es, por tanto, amplio desde “la ausencia de seguimiento de la declaración”. de los ingresos procedentes del teletrabajo” (a este respecto se cita como contraejemplo el celo de la administración tributaria belga, “muy estricta” en esta materia).
La estimación de las autoridades fiscales francesas se superpone con la realizada en 2022 por la Misión Operativa Transfronteriza (MOT), que estimó la pérdida anual en 48 millones de euros.
Pasar de 29 días a 34 días de teletrabajo (el objetivo de la modificación se aplica de facto desde 2023, debido a su principio retroactivo) aumentaría aún más la pérdida de ingresos para el Tesoro Público: también en este caso, un cálculo aproximado evalúa entre 5 y 10 millones el coste de la actualización desde el punto de vista fiscal.
¿Cómo se calcula este costo?
Para estimar la pérdida de 30 a 60 millones de euros, la administración tributaria francesa estimó la proporción de trabajadores transfronterizos que teletrabajan 29 días al año (entre el 25% para el rango bajo y el 50% para el rango alto). Para completar la operación se aplicó a esta población un salario medio anual de 54.600 euros.
¿Pérdidas para poner en perspectiva?
El informe del diputado también destaca los beneficios para la vida diaria de los trabajadores transfronterizos, “porque el teletrabajo a menudo mejora su comodidad de vida al limitar sus viajes en infraestructuras a menudo saturadas”.
Si la enmienda “beneficia principalmente a Luxemburgo” (aumento de los ingresos fiscales, simplificación para los empresarios), Got no deja de señalar que el trabajo desde casa genera, para Francia, ingresos por IVA, vinculados a los gastos inducidos por esta presencia en el territorio francés. en detrimento de las compras (alimentos, comercio) realizadas en el Gran Ducado. Aunque no es objeto de ninguna estimación, este punto debería, sin embargo, “compensar muy parcialmente el déficit relacionado con la no imposición de sus ingresos”.
El MOT, todavía en 2022, había hecho sus pequeños cálculos y estimó el beneficio de los gastos corrientes de los trabajadores transfronterizos en teletrabajo en 4 millones de euros (frente a los 48 millones de euros mencionados anteriormente).
Otro aspecto planteado: la gran latitud de la convención anterior de 1958, que disponía que “los días de teletrabajo eran tributado en Luxemburgo siempre y cuando al menos 183 días de trabajo eran se lleva a cabo anualmente en Luxemburgo. En otras palabras, Francia perdería menos que antes, sobre todo porque el convenio preveía la exención de las rentas percibidas en el Gran Ducado.
¿Dónde está la enmienda sobre los 34 días de teletrabajo?
La enmienda sobre el teletrabajo, firmada por los dos países en noviembre de 2022, Luxemburgo ya la adoptó hace una eternidad, en mayo de 2023. Muy retrasada y ahora enredada en idas y venidas políticas desde la disolución de la Asamblea Nacional por Emmanuel Macron el 9 de junio de 2024, Francia aún no ha terminado los trabajos que permitirían que los términos del documento entren en vigor.
Este último prevé, en particular, la actualización del umbral de tolerancia fiscal que permite a las personas que residen en Francia y trabajan en el Gran Ducado ejercer su actividad asalariada 34 días al año fuera de Luxemburgo, sin dejar de estar sujetas a impuestos en Luxemburgo. Desde el 1 de enero de 2023, de conformidad con el efecto retroactivo de la modificación, estos famosos 34 días de teletrabajo son obligatorios en la mayoría de las empresas del Gran Ducado.
Por parte francesa, el texto parece ver por fin el final del túnel: tras su aprobación por el Senado el 14 de marzo, la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional autorizó la aprobación de la enmienda el 11 de diciembre, abriendo ahora la puerta a una votación de los diputados… ¿En las próximas semanas? ¿Estos próximos meses? Lo ignoramos.
¿Cuándo será la “revisión”?
Su adopción por parte francesa parece ser la clave para abrir concretamente el debate sobre el futuro del teletrabajo transfronterizo. Consultado por el diputado Got para su informe, el embajador de Luxemburgo en Francia, Marc Ungeheuer, afirmó que esta ratificación era “una condición previa para futuras discusiones sobre una ampliación de este umbral solicitada por Luxemburgo y muchos residentes transfronterizos”.
La enmienda de 2022 preveía una “cláusula de revisión” antes del 31 de diciembre de 2024 con el fin de identificar una solución duradera, siendo los 34 días de teletrabajo solo una solución transitoria. Sin embargo, la inestabilidad política francesa de los últimos meses ha provocado el aplazamiento de la Comisión Intergubernamental (CIG) que debería haberse celebrado en otoño.
Como preámbulo de esta cumbre bilateral, Francia había dirigido a su vecino una petición sustancialmente similar al acuerdo franco-suizo: a saber, el 40% del tiempo de trabajo anual potencialmente desde casa, a cambio de una compensación financiera. Si bien sabemos que el Estado luxemburgués es reacio a conceder una retrocesión y está más apegado a la cofinanciación de proyectos como los relacionados con la movilidad, el gobierno no ha seguido formalmente esta idea, remitiendo a Francia a la ratificación de la enmienda en primer lugar. lugar.