¿Acusados separados? Unos minutos antes de la apertura del proceso por sospecha de financiación libia de la campaña de Nicolas Sarkozy en 2007, cuatro de los ocho acusados presentes (de trece en total) no se sentaron en el banquillo que les estaba reservado. Cuatro ex ministros están sentados en los asientos plegables, delante de sus abogados.
Claude Guéant, Brice Hortefeux, Éric Woerth y Nicolas Sarkozy –sentados en ese orden– se reencuentran en la corte de París, trece años después de haberse separado en el Consejo de Ministros. El ex Jefe de Estado pudo actuar como guía: ya fue en esta misma sala, el 2.01, donde fue condenado en primera instancia en los casos Bismuto (confirmado por el tribunal de casación en diciembre) y Bygmalion (a la espera de la decisión del el Tribunal de Casación).
La pierna derecha cruzada sobre la izquierda, una mano suspendida sobre los labios o la barbilla impecablemente afeitada: el mismo lenguaje corporal adoptan los cuatro cómplices. Una actitud falsamente relajada, para contrastar con la gravedad del momento. Desde este lunes, y hasta al menos el 10 de abril, los cuatro exministros corren un gran riesgo.
En el exilio, Ziad Takieddine vuelve a tomar el mando
En particular, el ex Presidente de la República y sus dos ex lugartenientes, Claude Guéant y Brice Hortefeux, sospechosos de haber establecido un pacto de corrupción con el dictador libio Muammar Gaddafi, para financiar la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2007, a cambio de de compensación diplomática, judicial y económica.
La orden de remisión, redactada en agosto de 2023 por los jueces de instrucción Aude Buresi y Virginie Tilmont, es especialmente gravosa para estos tres acusados, que se enfrentan a 10 años de prisión cada uno. El expediente, detallado en casi 500 páginas, proporciona una gran cantidad de pruebas que demuestran, según los investigadores, que efectivamente se llegó a un acuerdo. Esto no cambia la defensa de Nicolas Sarkozy, según su abogado, que respondió a los periodistas antes del inicio de las audiencias: “Luchará contra la construcción artificial imaginada por la fiscalía. No hay financiación libia de la campaña”, dijo m.mi Christophe Ingrain.
Sentado tranquilamente en el estrado frente a los jueces, también está presente Alexandre Djouhri, un hombre de negocios habitualmente fantasioso y provocativo. El intermediario, sospechoso de haber creado vínculos entre Libia y Claude Guéant, pero también de haber sacado de Trípoli y luego de París a un hombre fuerte del régimen gadafista que probablemente hablaría, había eludido varias veces la citación de los jueces de instrucción, pero finalmente se presentó ante el tribunal penal.
Su eterno rival, Ziad Takieddine, sin embargo, está ausente. El empresario libanés, protagonista clave del caso y casi el único que ha declarado ante la acusación, no ha regresado a Francia desde su condena en 2020 a cinco años de prisión por el asunto Karachi. Por otro lado, respondió el lunes a RTL justificando su ausencia con una de estas pequeñas frases falsamente ingenuas de las que tiene el secreto: “No estoy convocado, nadie me convocó”. Ziad Takieddine, que pudo ser entrevistado por videoconferencia, reiteró sus acusaciones el lunes: “ Sarkozy fue a ver a Gadafi y le pidió dinero. Puedo decir que Gadafi le pagó hasta 50 millones de euros”.
“En el expediente contamos nada menos que 16 versiones diferentes dadas por Ziad Takieddine, por lo que podría ser una versión número 17 que tomaremos con tanta precaución como las otras 16”, El asesor de Nicolas Sarkozy, Christophe Ingrain, respondió de inmediato.
Ya se menciona la visita de Brice Hortefeux a Libia
Sin embargo, hay que descartar una de las versiones: la de la famosa retractación de Ziad Takieddine, cuando en 2020 concedió entrevistas a Paris Match y a BFM TV para exculpar a Nicolas Sarkozy. Confesiones falsas según los jueces de instrucción, según quienes el clan del exjefe de Estado pagó al empresario.
Este lunes, dedicado a las habituales cuestiones prioritarias de constitucionalidad (QPC), procedimiento deseado por el propio Nicolas Sarkozy cuando fue creado en 2008, el tribunal rechazó las primeras peticiones de la defensa.
La defensa alegó entonces“incompetencia del tribunal penal” para juzgar los hechos. Nicolas Sarkozy y Brice Hortefeux eran ministros en 2005 cuando fueron a Libia –cuando, según los jueces de instrucción, se firmó el pacto de corrupción–, el abogado de este último cree que sólo el Tribunal de Justicia de la República, única jurisdicción autorizada para juzgar a sus miembros de un gobierno sobre actos adoptados en el ejercicio de su función, podrían abordarse en este contexto.
Sin embargo, el encuentro de Brice Hortefeux con Abdallah Senoussi, cuñado de Muammar Gaddafi y condenado a cadena perpetua por Francia por terrorismo, no estaba vinculado a este mandato, según el fiscal: “Todo demuestra que la reunión con el señor Senoussi fue secreta y tuvo lugar al margen de la visita oficial. »
Además, los hechos imputados van mucho más allá del ejercicio de sus mandatos, y siendo constante la jurisprudencia sobre este punto, la solicitud no debería prosperar y el tribunal penal podrá examinar este vasto asunto de Estado. Sin embargo, tendremos que esperar hasta la próxima semana para que realmente comiencen los debates, con “La hipótesis de la financiación por parte de Libia” como primer tema del orden del día.
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