El lunes, Donald Trump desató la polémica al publicar un sorprendente mensaje en su red social Truth Social: estimó una vez más que Canadá debería considerar convertirse en el “estado 51” de Estados Unidos. Esta declaración se produce en un contexto político delicado, marcado por la dimisión del primer ministro canadiense Justin Trudeau.
“Si Canadá se fusionara con Estados Unidos, no habría aranceles, los impuestos bajarían significativamente y Canadá estaría completamente a salvo de la amenaza de los barcos rusos y chinos que lo rodean constantemente. ¡¡¡Juntos, qué gran nación sería!!! », Escribió Donald Trump.
Un contexto político tenso en Canadá
Esta nueva declaración de Donald Trump se produce cuando Canadá atraviesa un período de turbulencia política. Justin Trudeau, figura emblemática desde su elección en 2015, anunció su dimisión alegando motivos personales y un clima político que se había vuelto difícil de gestionar. Bajo su liderazgo, Canadá fortaleció sus relaciones con los Estados Unidos, pero también se distanció en ciertas cuestiones, en particular el comercio y el clima.
La renuncia de Justin Trudeau ha provocado especulaciones sobre el futuro político de Canadá, y algunos observadores citan crecientes tensiones internas e incertidumbre económica. Es en este contexto que Donald Trump aprovechó la oportunidad para recalcar su inesperada propuesta.
Reacciones contrastadas en Canadá y Estados Unidos
La declaración de Donald Trump no tardó en provocar una reacción. Del lado estadounidense, algunos de sus partidarios aclamaron la idea como una importante oportunidad económica para ambos países. Sin embargo, del lado canadiense las reacciones fueron mucho más críticas. Varias figuras políticas canadienses denunciaron una declaración “provocadora y poco realista”, subrayando que la independencia y la soberanía de Canadá no son negociables.
“Este tipo de propuesta no refleja la realidad de nuestras relaciones bilaterales. Canadá es y seguirá siendo una nación soberana, orgullosa de sus valores y de su independencia”, afirmó un exministro canadiense bajo condición de anonimato.
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