LA OPINIÓN “MUNDIAL” – NO DEBE PERDERSE
Increíble película de Jia Zhang-ke, a la vez desconcertante y fascinante, que estos Incendios salvajes. Como si, a sus 54 años, el mayor poeta y cronista –junto al documentalista Wang Bing– del gran cambio chino del siglo XXImi El siglo XIX se detuvo por un momento y miró atrás, estupefacto, a la historia contemporánea de su país y a sí mismo. De hecho, realizada durante el confinamiento por la Covid-19, que sabemos fue drástico en China, la experiencia parece querer sacar una lección cinematográfica de la relación con el cine de su autor, inaugurado en 1997 con la fabulosa Xiao Wu, carterista artesanoun retrato vibrante y melancólico, en una palabra baudelairiana, de un delincuente de poca monta atrapado en una China continental que la película, tan vivaz, parecía mostrar, como por primera vez, a ser visto.
En Incendios salvajesPor tanto, el cineasta construye buena parte de la película a partir de antiguas imágenes personales. Vistas acumuladas a lo largo de los años, así como tomas tomadas de películas como Placeres desconocidos (2002), Bodegón (2006), Los eternos (2018). Toma, de sus propias intrigas e intenciones, algunos lugares (Datong, Fengjie y Zhuhai), símbolos de las distintas velocidades de transformación del país. Una mujer, musa y actriz en casi todas sus películas: Zhao Tao. Y un hombre: el actor Zhubin Li, que aparece en varias películas del autor. Y reescrita a partir de estas imágenes, con nuevos costes, una fábula que recorre todo su cine, determina su dimensión emocionante y discretamente elegíaca, una fábula que nos dice que el mundo siempre se mueve más rápido que los hombres.
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