En esta foto publicada por la agencia estatal rusa Sputnik, el presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión de defensa el 16 de diciembre de 2024 en Moscú (POOL / Grigory SYSOYEV)
Vladimir Putin dijo el jueves durante su sesión anual televisada de preguntas y respuestas que estaba dispuesto a reunirse “en cualquier momento” con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente pidió un alto el fuego y negociaciones entre Ucrania y Rusia.
“Estoy dispuesto a hacerlo, por supuesto, en cualquier momento”, afirmó el presidente ruso, afirmando que no había hablado con Trump “desde hacía más de cuatro años”.
Esta larga sesión de preguntas y respuestas de periodistas o ciudadanos rusos, aunque cuidadosamente organizada, constituye una de las raras oportunidades para hacer preguntas delicadas al presidente ruso.
Esta vez, el espectáculo tuvo lugar un mes antes de que el impredecible Donald Trump regresara a la Casa Blanca. Ha prometido repetidamente traer la paz a Ucrania “en 24 horas” y ya ha pedido un “alto el fuego inmediato”, así como conversaciones.
Pero la vaguedad que rodea su plan despierta preocupación en Ucrania.
Vladimir Putin, por el contrario, estimó que Rusia se había vuelto “mucho más fuerte en los últimos dos o tres años”, ya que el ataque en Ucrania se lanzó en febrero de 2022.
“Si alguna vez nos reunimos con el presidente electo Trump, estoy seguro de que tendremos mucho de qué hablar”, dijo.
– Progresos en Ucrania –
Vladimir Putin aseguró que Rusia estaba dispuesta a un “diálogo” con Ucrania, pero sólo sobre la base de “realidades del terreno”, una manera de decir en particular que Rusia no devolverá los territorios que ha conquistado.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que desde hace tiempo se opone firmemente a las conversaciones, recientemente matizó su posición, pero está pidiendo a Occidente garantías de seguridad sólidas.
Vladimir Putin mostró su confianza en él el jueves, considerando que la situación está “cambiando radicalmente” en el frente de Ucrania.
Sus tropas avanzan a un ritmo sin precedentes desde los primeros meses de 2022. Se encuentran a las puertas de varias ciudades de importancia militar, como Pokrovsk, Kurakhové y Koupiansk.
El presidente Putin, por otra parte, admitió que no sabía cuándo su ejército lograría expulsar a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk.
Lanzaron allí una ofensiva sorpresa en agosto y aún controlan cientos de kilómetros cuadrados de la región, a pesar de los intentos de las tropas rusas, apoyadas según Kiev por soldados norcoreanos, de desalojarlos.
“Los derrotaremos absolutamente”, aseguró, sin embargo, el presidente ruso.
Esta ofensiva, la mayor en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, es motivo de vergüenza para el Kremlin, que quiere convencer de que el ataque en Ucrania no tiene ningún impacto en la vida cotidiana de los rusos.
– “Duelo” con Occidente –
Vladimir Putin también elogió su nuevo misil “Orechnik”, un “arma moderna” que puede transportar una carga nuclear y atacar a miles de kilómetros de distancia.
El ejército ruso utilizó por primera vez el misil el 21 de noviembre contra la ciudad ucraniana de Dnipro, presentándolo como una respuesta a los recientes ataques ucranianos contra suelo ruso utilizando misiles estadounidenses y británicos.
Soldados rusos hacen guardia durante la inauguración de una exposición de equipamiento militar occidental tomado por fuerzas rusas en las regiones de Kharkiv y Sumy en Ucrania, el 4 de noviembre de 2024 en San Petersburgo, Rusia (AFP/Olga MALTSEVA)
El presidente ruso amenazó con atacar a Kiev, e incluso directamente a los países occidentales que arman a Ucrania.
El jueves, Vladimir Putin propuso a Occidente un “duelo de alta tecnología del siglo XXI” entre el Orechnik ruso y sus medios de defensa antiaérea.
“Que determinen el objetivo, digamos Kiev”, dijo. “Haremos un strike allí y veremos qué pasa”.
– Siria, no una “derrota” –
Otro tema importante a nivel internacional, Putin aseguró que la caída en Siria de Bashar al-Assad, estrecho aliado de Moscú, no fue una “derrota” para Rusia, que evitó la creación de un “enclave terrorista”.
En esta foto difundida por la agencia siria SANA, el presidente sirio Bashar al-Assad (derecha) y su homólogo ruso Vladimir Putin visitan la mezquita omeya el 7 de enero de 2020 en Damasco (SANA/-)
Sin embargo, el destino de las dos bases militares rusas en Siria, cruciales para las operaciones rusas en el Mediterráneo, está en el aire.
Vladimir Putin dijo que aún no había visto a Bashar al-Assad, que encontró refugio en Rusia con su familia, pero que “tiene la intención” de hacerlo.
También pidió a Israel que retire sus tropas del “territorio sirio”, que habían sido desplegadas en una zona de amortiguación controlada por la ONU que separa a los dos países en los Altos del Golán.
En el plano interno, el líder ruso criticó a sus servicios especiales, que no pudieron impedir el asesinato, el martes, del general ruso Igor Kirillov, fallecido el martes en una explosión en Moscú reivindicada por Kiev.
“No debemos permitir tales fallas”, insistió.
En una admisión poco común, el líder también admitió que la inflación galopante en Rusia, del 8,9% en noviembre, era una “señal preocupante”.
La economía rusa, después de haber resistido durante los últimos tres años, muestra signos de perder fuerza, en particular con un aumento de los tipos de interés que perjudica a las empresas, el debilitamiento del rublo y unas perspectivas sombrías para 2025.
La situación económica es “estable”, pero Vladimir Putin intentó convencer en este programa visto por millones de rusos.