El terremoto, de magnitud 7,3, se produjo el martes a las 12.47 hora local (01.47 GMT) frente a las costas de la isla principal de este archipiélago del Pacífico, donde se encuentra Port Vila.
Según un informe obtenido por la AFP de la Oficina Nacional de Gestión de Catástrofes, 14 personas murieron: cuatro fueron hospitalizadas en la capital, seis murieron en un deslizamiento de tierra y cuatro en el derrumbe de un edificio, según un comunicado de prensa fechado el martes por la noche.
Entre los muertos había dos ciudadanos chinos, informó el embajador de Beijing en Vanuatu en la televisión china.
Según el informe del gobierno, más de 200 personas recibieron tratamiento en el hospital.
El temblor provocó “daños estructurales considerables” en al menos 10 edificios, incluido un hospital, y también dañó tres puentes y dos líneas eléctricas.
Dos importantes reservas de agua que abastecen a Port-Vila, “totalmente destruidas”, necesitarán reconstrucción, según el mismo informe. El puerto principal de Port-Vila está cerrado. “debido a un gran deslizamiento de tierra”.
La jefa de la Cruz Roja en el Pacífico, Katie Greenwood, también mencionó en “muchos daños a las viviendas”.
Varios edificios se derrumbaron, incluido el que albergaba la representación francesa, “destruido” según el embajador, precisando en “sano y salvo”.
Michael Thompson, un residente contactado por la AFP por teléfono vía satélite debido al acceso todavía “intermitente” a la red móvil y a Internet en el país según Port Vila, informó que tres personas fueron sacadas de debajo de los escombros de un edificio de tres pisos. negocio destruido.
“Lamentablemente uno de ellos no sobrevivió”testificó.
Los terremotos son frecuentes en Vanuatu, un archipiélago de baja altitud de 320.000 habitantes situado en el Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de intensa actividad tectónica que se extiende por la mayor parte del borde de este océano.
Está clasificado entre los países más vulnerables a desastres naturales como terremotos, tormentas, inundaciones y tsunamis, según el Informe anual de riesgos globales.
Despliegues en Australia y Nueva Zelanda
El aeropuerto de Port Vila “no está operativo”, pero permite la llegada de vuelos de ayuda humanitaria, afirmó el gobierno de Vanuatu.
Francia dijo que estaba “al lado de las autoridades de Vanuatu” y que estaba dispuesta “a contribuir a las operaciones de socorro” si así lo solicitaban, anunció el martes su Ministerio de Asuntos Exteriores.
Australia, el mayor vecino de Vanuatu, enviará este miércoles médicos y equipos de rescate en aviones militares, anunció el ministro de Defensa, Richard Marles, a la cadena pública ABC.
Nueva Zelanda, por su parte, despegó un avión de vigilancia para evaluar los daños, indicó en un comunicado el ministro de Asuntos Exteriores, Winston Peters, ofreciendo enviar personal y suministros “una vez que el aeropuerto de Port-Vila haya reabierto”.
“Estamos dispuestos a brindar asistencia al Gobierno de Vanuatu si así lo solicita”indicó el X la misión diplomática estadounidense en Papúa Nueva Guinea, en el noroeste del maltrecho archipiélago.
La embajada de Washington en Port Vila, instalada en el mismo edificio que la de Francia, “ha sufrido daños considerables y está cerrada hasta nuevo aviso”, explicó la misma fuente, precisando que todo el personal se encuentra ” sano y salvo”.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) emitió inicialmente una alerta de tsunami tras el terremoto, temiendo palas de hasta un metro de altura a lo largo de algunas costas de Vanuatu. Desde entonces ha sido levantado.
Después del terremoto inicial se produjo una réplica de magnitud 5,5, seguida de una serie de temblores más pequeños.
Según Behzad Fatahi, ingeniero civil y sísmico de la Universidad Tecnológica de Sydney, debemos estar atentos a las consecuencias tardías.
“En asistencia” hasta el terremoto “provocó grietas en los muros de mampostería, inestabilidad de los cimientos y el vuelco de estructuras vulnerables”, advirtió.