Extraña de principio a fin, la historia de Hannah Kobayashi. Después de un mes de angustia, la hawaiana de 30 años finalmente se reencontró con su familia el 11 de diciembre, desde México. Un enorme alivio para sus allegados, que empezaban a imaginar los peores escenarios. El padre de Hannah, que había ido a Los Ángeles a buscar a su hija, acabó suicidándose tras trece días de gestiones infructuosas, pensando que nunca volvería a ver a su retoña.
La misteriosa desaparición de Hannah fue noticia en la prensa estadounidense y más allá e intrigó al público en general. El interesado no sabía nada al respecto. “No estaba al tanto de todo lo que pasaba en los medios mientras estuve fuera, y todavía me cuesta superarlo”, escribió la fotógrafa en un comunicado enviado por su tía a NBC Los Ángeles. Hannah, que tampoco estaba al tanto de la muerte de su padre, dice que ahora quiere centrarse en su “curación”, “paz” y “creatividad”.
“Estoy profundamente agradecido a mi familia y a todos los que me han mostrado amabilidad y compasión durante este tiempo”, añadió el hombre de 30 años. A su regreso a Estados Unidos el domingo, Hannah Kobayashi fue interrogada por las autoridades estadounidenses, quienes se aseguraron de que se encontraba bien. La policía de Los Ángeles cerró oficialmente el caso y concluyó que se trata de una desaparición voluntaria.
Probablemente nunca sabremos qué hicieron los hawaianos durante este mes de viaje solitario. El 8 de noviembre tomó un avión de Mauï a Nueva York, pero desapareció durante una escala en Los Ángeles. EL Correo diario Explicó la semana pasada que la fotógrafa viajaba con su exnovio y una pareja argentina, con quienes habían firmado un falso acuerdo matrimonial. Las tres personas habían regresado al avión con destino a la Gran Manzana, no Hannah.
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