Como era de esperar, el canciller alemán Olaf Scholz perdió el lunes 16 de diciembre el voto de confianza de los diputados que había solicitado. Esta votación marca el fin de la coalición heterogénea en el poder desde 2021, que implosionó el 6 de noviembre, tras la destitución del ministro de Finanzas liberal, debido a diferencias insuperables sobre la política económica y presupuestaria.
Olaf Scholz sólo recibió el apoyo de 207 parlamentarios del Bundestag, 394 votaron en contra y 116 se abstuvieron. Necesitaba una mayoría de 367 votos para ganar.
Desde entonces, Scholz ha liderado un gobierno minoritario entre su partido socialdemócrata (SPD) y los Verdes, cuya acción legislativa ha quedado paralizada. La disolución de la Asamblea deberá entonces ser decidida por el Presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, y se convocarán elecciones legislativas anticipadas para el 23 de febrero. Desde la posguerra, sólo cuatro cancilleres han planteado la cuestión de la confianza en el Bundestag, a menudo para provocar elecciones.
A pesar de su crónica impopularidad y del fracaso de su coalición, el imperturbable líder del SPD quiere creer en sus posibilidades de un segundo mandato. A estas alturas, las encuestas le dan pocas esperanzas y Alemania se encamina hacia una alternancia política con la clara victoria del campo conservador CDU/CSU, liderado por Friedrich Merz, con entre el 30 y el 33% de las intenciones de voto. El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) obtiene entre el 17 y el 19,5%, pero los demás partidos excluyen cualquier cooperación con él.
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El SPD obtendría entre el 15% y el 17% de los votos, los Verdes entre el 11,5% y el 14%. Pero el canciller ya ha demostrado su capacidad para desafiar los pronósticos al ganar las elecciones de 2021, contra todo pronóstico. Y quiere renovar su actuación tranquilizando a través de su experiencia en un contexto geopolítico global atormentado y sumido en lo desconocido por la elección de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los socialdemócratas no pierden la oportunidad de resaltar la inexperiencia de Friedrich Merz, marginado por la excanciller Angela Merkel (2005-2021) y que nunca ocupó el cargo de ministro ni de alcalde.
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