Llegan las fiestas de fin de año y, con ellas, sus tradiciones, entre ellas la del famoso hombre rojo que reparte regalos. Si algunos padres evitan esto “mentir”A otros les gusta conservar esta magia, creyendo que alimenta la imaginación de los niños. Georges Cognet, psicólogo entrevistado por Estudiante de Le FigaroPor su parte, cree que creer en Papá Noel ayuda a desarrollar la creatividad y que es importante respetar el ritmo de los niños: “Necesitan experimentar algo mágico. Mientras un niño quiera creer en ello, hay que dejar que lo haga”.asegura Georges Cognet. No hay ningún peligro en creer en Santa Claus. Si un niño continúa creyéndolo incluso después de ocho años, puede significar simplemente que tiene cierta ingenuidad en él.
Según un estudio de Jacqueline Woolley, profesora y presidenta del departamento de psicología de la Universidad de Texas en Austin, el 83% de los niños de cinco años cree que Papá Noel es una persona real. Pero con la edad aumenta el riesgo de que los compañeros de clase o los hermanos mayores revelen el engaño. Si nadie dice la verdad, el cambio generalmente ocurre alrededor de siete años. “A esta edad, los niños empiezan a distinguir entre imaginación y realidad y surgen preguntas escépticas”explica el psicólogo. Para los niños identificados con alto potencial intelectual (IPH), es decir con un cociente intelectual mayor o igual a 130, la duda surge mucho antes. “Rápidamente dejan de creer en Papá Noel porque son menos ingenuos”explica a Estudiante Fígaro Arielle Adda, psicóloga especializada en niños superdotados y autora del libro “Del niño al superdotado, construyendo tu personalidad”que aparecerá en las librerías el 5 de febrero de 2025.
Esta lucidez se debe, según Georges Cognet, al hecho de que “Desde muy pequeños, los niños con un alto potencial intelectual buscan la lógica y la verdad. Se interesan por las grandes cuestiones metafísicas de la vida que les dan una imagen justa de la realidad”.. Esta temprana búsqueda de la lógica les lleva a identificar rápidamente las inconsistencias vinculadas al mito de Papá Noel. Desde muy pequeños buscan pistas lógicas de sus padres, haciéndoles preguntas como: “¿Cómo puede entrar sin chimenea si no la hay?”. Ambos psicólogos coinciden en que los niños HPI dejan de creer en Papá Noel alrededor de los cinco años.
Sin embargo, como señala Arielle Adda, estos niños pueden mantener la ilusión por sus padres y, sobre todo, porque les conviene. “Siempre es más fácil pedir muchos regalos a Papá Noel que a tus padres”observa con ironía. Georges Cognet precisa que ciertos niños HPI, llamados “heterogéneo” (que tienen un coeficiente intelectual alto en un área específica), pueden creer en Papá Noel por más tiempo. “Estos niños generalmente están menos desarrollados en habilidades sociales, evolucionan, en cierto modo, en un mundo maravilloso y la creencia en Papá Noel es plenamente parte de ello”.