Este asunto relatado por nuestros colegas de DailyMail es bastante especial. Los hechos tuvieron lugar en una clase de la escuela infantil y primaria de Northwold en Hackney, cerca de Londres. La directora del establecimiento fue acusada de haber maltratado a un estudiante, que no era otro que su hijo. ¿El objeto del crimen? Un manotazo del niño de tres años que acababa de tirar al suelo un bote de gel hidroalcohólico.
El maestro escuchado por la policía.
Un colega, que presenció la escena, informó del “incidente” a su dirección. El procedimiento iniciado derivó en una entrevista ante la policía.
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La directora del colegio tuvo que explicar su accionar, precisando que su hijo había recibido gel hidroalcohólico en el ojo mientras jugaba con un biberón unas semanas antes. Una justificación convincente a ojos de la policía, que no inició diligencias.
La escuela “prohíbe todo contacto”
Sin embargo, el asunto no terminó ahí dentro del colegio ya que el docente de 46 años fue objeto de un procedimiento disciplinario que terminó con el despido por falta grave. “La escuela prohíbe expresamente cualquier castigo físico o contacto de cualquier tipo. Por lo tanto, ya sea una bofetada o no, fue un contacto físico innecesario con un estudiante, lo que constituye una agresión y por lo tanto una violación de las políticas y lineamientos estatutarios”argumentó la dirección del establecimiento.
Despido improcedente
Cuando se contactó con él, el juez del tribunal laboral (el equivalente británico del Tribunal Laboral) dictaminó que se trataba de un despido improcedente. La escuela tendrá que pagar 102.000 libras esterlinas (120.000 euros) en concepto de daños y perjuicios a su exdirector. Sin embargo, el docente no obtuvo su reintegro.
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